Atrapanieblas ahorra costos a agricultores y mejora los frutos, dicen en Taltal
Avanza plan piloto que recoge el agua de la camanchaca para producir aceite de oliva en el desierto más árido del mundo. El objetivo es tener 150 atrapanieblas para la agrupación.
Ignacio Araya
Hace un poco más de un año que a las asociaciones de productores agrícolas que están en los cerros de Taltal les pusieron un atrapanieblas piloto. La idea era probar lo útil que son estos equipos para poder regar las plantaciones de olivos que hay allá y, según cuenta Erika Donaire, presidenta de la asociación La Cachina, la cosecha cambió bastante gracias al agua que agarró el atrapanieblas.
"Cuando en el tiempo de floración le inyectas este tipo de agua a los árboles, el árbol se pone vigoroso y, aparte de eso, el fruto que da es excelente", dice la agricultora, comparando a cómo se hace con el sistema de regar con agua común y corriente, porque los árboles son pequeños y el aporte de agua es menor. "Nosotros no regamos con tanta agua porque es muy cara el agua en Taltal", señala.
La comisión de Sustentabilidad y Relaciones Internacionales del Consejo Regional (Core) fue la semana pasada a los cerros de Taltal a ver cómo va este piloto del INIA (dependiente del Ministerio de Agricultura), parte del proyecto "Laboratorio para la Agricultura en el Desierto". Esto, porque la idea es instalar 150 atrapanieblas en el cerro Los Perales, un proyecto cuya primera etapa se espera financiar con fondos del convenio Comisión Nacional de Riego y el Gore.
El presidente del Core, Mario Acuña, dijo estar satisfecho por los avances. "Los pequeños productores agrícolas de las asociaciones Los Loros, La Cachina, El Hueso y Alto Taltal han demostrado que, con iniciativas como ésta, es posible realizar actividades agrícolas en el desierto", señaló.
Aceite en el desierto
Los visitantes antofagastinos pasaron a ver la parcela del proyecto y la instalación de Olivocoop, donde la cooperativa de pequeños olivicultores de esa comuna fabrica aceite de oliva con energía fotovoltaica. "Eso nos permite entregarle a la gente un producto de calidad, diferente a todos los demás aceites, porque estamos en el desierto más árido del mundo", comenta Erika Donaire.
Otra de las gracias de este proyecto, dice Donaire, es que como se recoge agua de las mismas camanchacas y también se usa energía solar para la producción, la contaminación es mínima. "El agua es poca, pero nosotros apostamos a calidad, no cantidad", cuenta la agricultora sobre el atrapanieblas piloto.
En tanto, el seremi de Agricultura, Gerardo Castro, dijo que esta nueva instalación productiva de este laboratorio en el desierto tiene más de 15 mil árboles de olivos. "Es así como tras el cierre de las labores de la última cosecha de oliva, desarrolladas por estas agrupaciones y procesadas en dos almazaras, han procesado más de nueve toneladas de aceitunas, obteniendo una calidad importante de aceite de oliva, superando largamente los dos mil litros del producto", dijo la autoridad regional.
CAMANCHACA
"Es peligroso subir, pero maravilloso", dice Erika Donaire sobre el lugar donde está ubicado el atrapanieblas piloto que está dando el agua para producir olivos. Ella cuenta que están en una cima del cerro, en un sector de quebrada donde la neblina se cuela. Ahí, choca contra las rocas y toda esa humedad produce el agua. "Y esta humedad se atrapa en estos atrapanieblas que son maravillosamente hermosos", comenta.
2 mil litros de aceite de oliva se han producido en las plantaciones taltalinas.
ignacio.araya@estrellanorte.cl