Cartas
¿Y la música cuándo?
Señor director:
Como miembros de la Asociación de Directores de Educación Musical (Ademus), conformada por representantes de 16 carreras formadoras de profesores, nos preocupa profundamente la propuesta curricular para Tercero y Cuarto Año de Educación Media, ya que la música prácticamente queda fuera de los cursos mencionados.
En el Plan Común de Formación General se presentan seis asignaturas, entre las cuales no figuran las Artes; mientras que en el Plan Electivo de Formación General se determinan cuatro áreas, de las cuales la institución educativa debe impartir obligatoriamente dos.
Ante ello lo más probable es que los establecimientos educacionales decidan impartir Historia y Educación Física, dejando fuera a las Artes.
Finalmente, en la modalidad de Formación Diferenciada, que consta de siete áreas con 27 asignaturas electivas, solo 6 son artísticas y 2 de ellas musicales, que corresponde solo a un 7% de la oferta educativa.
Todo lo antes expuesto significa que, ante la preparación de la PSU, que es la principal preocupación de los centros educativos, se privilegiarán las asignaturas que se imponen en dicha prueba, relegando áreas que son transversales para la formación integral del estudiante, tal como lo muestran diversos estudios que comprueban la importancia de la música para el desarrollo de las capacidades cognitivas, creativas, comunicativas, expresivas y sociales.
Por eso nos dirigimos con la pregunta: ¿Y la música cuándo?
Asociación de Directores
de Educación Musical
Ademus
Reforma
Estimado director:
Han sido tantos las transformaciones que ha tenido que introducirle el Gobierno a la llamada Reforma de Pensiones, para que tenga definitivamente vida propia y sea aprobada en el Congreso, que trae el recuerdo de la historia de Víctor Frankenstein, un científico que se obsesiona con darle vida a un cuerpo muerto y para ello, tras cambios y más cambios, crea a su engendro llamado Frankenstein, el cual con el tiempo se le torna incontrolable. Si no sabe el final de la historia, le recomiendo leer el libro, para que se entere cómo terminan Víctor, el creador del engendro y el mismísimo Frankenstein.
Luis Enrique Soler Milla