Ignacio Araya
Esta noche, a las 22.30 horas, se realizará la eucaristía para esperar la víspera del cumpleaños de la "Chinita" en Ayquina. Y ahí, cuando los fieles estén cantándole a la Virgen, se espera que miles de velas se prendan saludando la llegada del 8 de septiembre. "Hemos aceptado la luz que es su hijo Jesús y queremos aceptarle en nuestra vida y en nuestra familia", dice el párroco del pueblo, el padre David Vargas.
El sacerdote señala que la fiesta religiosa que se celebra en el interior es momento de fiesta y de acción de gracias. "Es un tiempo para que la Madre con su vida nos siga enseñando como es que su hijo Jesucristo -que es el que nos salva, que dio la vida por nosotros- crezca cada vez en nuestros corazones, en nuestras vidas, para que así podamos ser felices", opina.
"Lamentablemente a veces nos estamos dejando guiar por egoísmos, por intereses bajos o por orgullo, por soberbia", dice el padre, señalando que esos aspectos deben ir disminuyendo, "para que así podamos concretar lo que toda madre desea para su hijo o su hija: que seamos felices".
Vargas también dio un mensaje a quienes querían venir a la fiesta de este año pero no pudieron llegar. "Tú, querido peregrino, que por diversos motivos no has podido venir al santuario, recuerda que la madre siempre está con los brazos abiertos esperándote para cuando tú puedas venir, mejore tu salud o tengas el permiso o el descanso, porque la madre es una madre que entiende, que comprende".
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