Fiestas Patrias
Señor director:
Desperté el 4 de septiembre con el canto de las aves, el aroma de las flores y la brisa del mar, junto a la corriente de Humbolt y un sol abrazador, anunciando la llegada de la primavera.
Las mejores decisiones y los más grandes descubrimientos ocurren en esta época del año, pues cada estación tiene un destino y aunque no lo creamos al revisar la historia lo veremos así.
Con la invasión de España por Napoleón Bonaparte, que puso a su hermano en el trono del rey, se encendió en América naciente el deseo contenido de fidelidad al rey y lo más importante el deseo de libertad.
Estados Unidos y Francia invadida por los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad, nada tuvieron que ver con el grito de juntas en América, las que se constituyeron debido a la falta de libertad de comercio que generó el contrabando, la falta de igualdad en la provisión de los cargos públicos en que la Monarquía Española da la preferencia a los chapetones (hijos de españoles nacidos en la península), dejando de lado a los hijos de españoles nacidos en América, por lo tanto, no había igualdad; y el aporte del padre Miranda en Inglaterra que aleccionó a los padres de América a luchar por la Independencia de la madre patria.
Mientras tanto en Chile el cura Camilo Henríquez publicaba "La Aurora de Chile". En nuestra colonia se habían formado los grupos conservadores fieles a la corona, los moderados y los exaltados y así se reunirán en una junta nacional de gobierno para formar o para constituir con la presidencia de Mateo de Toro y Zambrano, la Primera Junta Nacional de Gobierno, lo que se repitió en todas las colonias de América del Sur. Muchos fueron los personajes que se destacaron en Chile, como en el resto de las colonias.
Ahora que constituimos un país libre y soberano, debemos elevar los ojos al cielo y dar gracias al Todopoderoso por la linda historia que tenemos y que nos ayude a mantener estos principios que deben ser los inspiradores de una América: fuerte, unida y fraterna para continuar cristalizando los sueños de los padres de América.
Al celebrar la independencia nacional, deseo como compatriota la mayor felicidad a todos los chilenos y chilenas y en especial a nuestros gobernantes.
Atentamente,
Jorge Raúl Díaz Pacheco