La última mañana de los gitanos en La Chimba
Después de la pelea entre campamentos, finalmente ayer la comunidad abandonó los terrenos donde vivían, tanto en Benito Ocampo como frente al Inacap de Antofagasta. Una mujer lamentó que hayan pagado justos por pecadores.
Ignacio Araya
Ayer reinaba el silencio en los terrenos donde por mucho tiempo vivió la comunidad gitana, frente a la calle Benito Ocampo. La orden de desalojo dada por la Gobernación y Carabineros se cumplió voluntariamente y a eso de las una de la tarde ya no había una sola carpa en pie. Un par de camionetas cargaban lo último y en el piso, solo escombros.
Sentada en el suelo, María Nicolich miraba lo que hasta el día anterior había sido su vivienda. Ella, una de las últimas personas que estaba a esa hora en La Chimba, vivía en un terreno justo al medio de los dos campamentos que se agarraron después de una confusa situación por un pololeo prohibido. "Yo no estaba metida, hay mucha gente que no estábamos metidos", lamentaba, diciendo que al final pagaron justos por pecadores.
Dentro de una camioneta naranja dormían sus dos nietos de un año y un mes, inconscientes de lo que pasaba a su alrededor. "Nos obligaron a bajar la carpa y ni siquiera nos dejaron hacer una olla de comida para que coman mis nietos", decía la señora Nicolich. Tan mal quedaron con el problema, que denuncia que ni siquiera les están vendiendo productos en los negocios.
A lo lejos, una carpa abandonada era lo único que quedaba del campamento original. Una camioneta blanca, cargada hasta el tope, salía hacia el sur con una mujer en el pick up, levantando los brazos a la cámara, como despidiéndose. Los gitanos se habían ido definitivamente.
Proceso pacífico
La seremi de Bienes Nacionales, Tamara Aguilera, dijo que fue un proceso bastante exitoso y pacífico. "A través del diálogo pudimos llegar a un entendimiento con la comunidad gitana", aseguró. La autoridad dijo que toda la alteración al orden público de los últimos días y la molestia de los vecinos que viven alrededor hicieron "necesario actuar".
"Seguimos todos los protocolos y todo lo que la ley establece. No fue necesaria la intervención de Carabineros, no hubo ningún hecho violento que lo justificara o lo ameritara. Además, todo se desarrolló mediante el diálogo, que es lo importante", señaló la seremi de esa cartera, quien dijo que si ocurre otra ocupación en un terreno fiscal, también pedirán el respectivo desalojo.
En el campamento, María Nicolich esperaba para partir de su sitio. Decía que se iría a Mejillones por unos días para saber qué hacer después. Estaba molesta, porque como no pudo hacerle una olla de comida a sus nietos, tuvo que darle unos panes por mientras. "Por favor, no nos metan dentro del mismo saco", pidió la mujer gitana.
3 días duró la pelea entre campamentos gitanos, en el sector de La Chimba de Antofagasta.
ignacio.araya@estrellanorte.cl