Cómo vivimos el plebiscito del 89, la primera reforma a la Constitución (y la última vez que hubo plebiscito)
Tras el triunfo del "No" en el 88, la oposición y la dictadura negocian las primeras concesiones a la Constitución del 80. Ese 30 de julio, el 91% de los electores aprueban las reformas.
Chile está expectante a mediados de 1989. Ya habían pasado meses desde el plebiscito que definía la continuidad de la dictadura militar y Augusto Pinochet ya tenía día para irse del poder: el 11 de marzo de 1990. La vida cotidiana, por cierto, sigue. En Tocopilla están muy interesados con que llegue la señal de Canal 13 y calculan que poner la antena sale unos 40 millones de pesos. Mónica Céspedes asume como alcaldesa de Antofagasta. La prensa la destaca como la primera mujer en el cargo: "En Chile se le reconoce a la mujer como ser humano, como persona capaz, competente, con criterio", dice. Pablito Ruiz y Bon Jovi arrasan en la radio, mientras que desde Iquique llegaba la noticia del fallecimiento de nuestro poeta Andrés Sabella.
Quedan meses para que Pinochet entregue el poder, los candidatos a diputados y senadores salen de todas partes y, en Santiago, se comienza a negociar la primera reforma a la Constitución de 1980, que inicialmente la oposición tilda de ilegítima (no hubo registros electores en ese plebiscito) pero que después acepta tácitamente. La Concertación, gran triunfadora del "No" del año anterior, negocia con el ministro del Interior, Carlos Cáceres, para reformar los enclaves más duros de la Constitución.
El artículo más polémico era el octavo, que declaraba ilícito a todo acto de persona o grupo "destinado a propagar doctrinas que atenten contra la familia, propugnen la violencia o una concepción de la sociedad del Estado o del orden jurídico, de carácter totalitario o fundada en la lucha de clases". Con eso, dejaba fuera al Partido Comunista, por ejemplo.
Entre negociación y negociación, al final Pinochet presenta 54 reformas consensuadas con la Concertación, y llama a plebiscito para el 30 de julio. Hay varios cambios: se va el artículo 8º, elimina la incompatibilidad de ser dirigente gremial con militar en un partido, se aumenta de 26 a 38 los senadores elegidos por votación y se establece que para cambiar los capítulos más importantes de la Constitución, se exige dos tercios del Congreso, entre otras medidas.
El plebiscito tiene dos opciones: "Apruebo" o "Rechazo". La oposición llama a aprobar las reformas. "Aunque no son todas las que queremos ni las que pedimos, pero son las mínimas" dice Floreal Recabarren. El PS Almeyda, uno de los tantos Partidos Socialistas de la época (no se reunieron hasta finales de ese año), llama a no confundirse con el PS Chileno, que está por el rechazo. "Ese partido, que se hace llamar socialista, es de extrema derecha e intentan desorientar a la ciudadanía", reclama Gladys Carrizo.
"La Estrella" le pregunta a la gente qué le parece lo de las reformas, pero la mayoría de sus entrevistados dice no tener idea. Egla San Martín, 22 años, asegura que hay confusión. "Realmente no conozco la Constitución del 80, como tampoco conozco el artículo octavo que tanto se nombra".
La elección
Llega el día 30. En la escuela F-96 de la Coviefi votan, en la misma mesa, la DC Carmen Frei y la PC Fanny Pollarolo. A pesar de las diferencias, conversan amablemente. En la población Bonilla ocurre una tragedia: cuando venía saliendo de votar, a la vecina Rosa Martínez le da un preinfarto y cae desde el segundo piso de la escuela D-121. Pese a ello, la jornada es tranquila en Antofagasta, con excepción de un vocal que se negó a ocupar su puesto y se fue detenido, mientras que a otro repentinamente le dio una enfermedad al estómago. Los carabineros le consiguieron un remedio, por si acaso.
En Tocopilla alguien se da cuenta que un vocal, Jorge Rivera, tiene 17 años, lo cual era imposible, mientras que en Calama, un chofer calameño va a votar al Liceo Jorge Alessandri y, por alguna razón, vota dos veces. Lo dejaron votar en el JAR siendo que le tocaba en el Luis Cruz Martínez. Fue allá y aunque tenía el dedo entintado, igual pudo sufragar. Se fue detenido.
Esa misma noche se conocen los resultados y el "Apruebo" arrasa. Finalmente, la opción por las reformas gana con el 91.25%, mientras que el rechazo solo tiene el 8.74%. El ministro del Interior, Carlos Cáceres, anuncia que en unos días se promulgarían las reformas, mientras que el dictador Augusto Pinochet señala en cadena nacional su satisfacción, "de manera de asegurar que las virtudes que encierra la actual institucionalidad, gestada y construida durante el gobierno que me honro en presidir, se prolongue sólidamente en el tiempo".
Ya han pasado más de treinta años de eso, y en abril próximo nos volveremos a encontrar en las urnas en un nuevo plebiscito.