Redacción - La Estrella del Norte
Quién no ha escuchado "El pueblo unido jamás será vencido", himno mundial de la resistencia popular y que durante esta revuelta social ha cobrado más vigencia que nunca. Seguro, casi nadie, pero pocos saben que su autor, el militante del Partido Comunista, Sergio Ortega, era un antofagastino.
Hace unos días, el 2 de febrero, se conmemoró otro año más de su nacimiento, razón para recordar y revisar el legado musical con conciencia social de este destacado compositor de la historia moderna del país.
Obras
Sus mayores obras fueron el tema electoral del Presidente Salvador Allende "Venceremos" y el himno de resistencia popular junto a Quilapayún´, "El pueblo unido jamás será vencido". También compuso los himnos del Partido Radical, de las Juventudes Comunistas y de la Central Unitaria de Trabajadores. Además, musicalizó el plan político-económico de Allende, el cual se encuentra en los textos de Julio Rojas, en un álbum llamado Canto al Programa junto a Luis Advis, verdadero padre del movimiento Nueva Canción Chilena.
El antofagastino además compuso unas obras seminales del movimiento conocido como la Nueva Canción Chilena, una fusión de ritmos y estilos con una conciencia social. En su obra, se pueden encontrar poemas, cantatas, óperas, canciones, y bandas sonoras. Entre sus piezas más conocidas se cuentan las canciones "El monte y el río", letra de Nicolás Guillén, y "Les deux mers", y una trilogía sobre la Revolución Francesa.
También se ocupó en obras para el mundo docto, teatral y cinematográfico. Se asoció, además, en proyectos creativos con los más grandes nombres de la Nueva Canción Chilena, como los conjuntos Quilapayún e Inti-Illimani.
El destacado compositor fue profesor del Conservatorio Nacional de Música (hoy Departamento de Música y Sonología de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile) y director artístico de la emisora televisiva de la Universidad de Chile, Canal 9, cargo que mantuvo hasta 1973. Ese año se exilió en Francia, donde residió hasta su muerte el 15 de septiembre de 2003.
Falleció de cáncer a los 65 años, cuatro días después del trigésimo aniversario del golpe de Estado y sus restos fueron regresados a Chile.