Cartas
Un cerro, una distinción
Señor director:
En el año 1868 Jorge Hicks, administrador de la Compañía de Salitre y Ferrocarril, encomendó a un minero de apellido Clavería encaramarse hasta la parte más alta del cerro y trazar con sapolio, una figura que guiara a los barcos que llegaban a este naciente puerto nortino.
Durante 152 años permanece allí mismo. Ha resistido terremotos, lluvias y aluviones. Está mirando el inmenso océano Pacífico y ha visto crecer la ciudad.
En los primeros años casi desaparece por efectos del sol y el viento, en otra ocasión lo marcaron con calaminas pintadas con cal. Actualmente tiene una base de cemento pintada de blanco y que se aprecia desde varios puntos de esta capital regional. Algunas veces han intentado borrar o manchar su diseño, pero los vecinos rápidamente realizan las limpiezas y reparaciones.
En un domingo de febrero es visitado por cientos de atletas que compiten en la tradicional carrera de la subida y bajada del cerro; prueba que requiere un gran esfuerzo a los numerosos participantes
También es un símbolo de Antofagasta. El Concejo Municipal, cada 14 de febrero, entrega este galardón de oro a las personas e instituciones más destacadas por su labor o aportes al engrandecimiento de la ciudad. Los primeros en recibirlo fueron los poetas Andrés Sabella y Antonio Rendic el año 1953.
Sí. Es el Ancla. El del cerro y el de la insignia dorada. Admiremos y cuidemos siempre esta imagen que caracteriza a este importante puerto.
Además, aplaudamos y felicitemos a los distinguidos este año: el hogar Don Orione que cumple una noble y abnegada labor. Los directivos y los funcionarios, con emoción y alegría podrán exclamar los versos de Andrés Sabella: "Caballero soy de un ancla/ de un ancla soy caballero".
Juan Carmona Cadima profesor
Vehículos con "revisión técnica"
Señor director:
Sería bueno que se haga una mejor fiscalización de ciertos vehículos que circulan en mal estado por las calles. A simple vista es imposible que tengan su revisión técnica al día, porque andan sin focos, sin patente, con parachoques malos, oxidados, vidrios trizados, sin espejos, etc. Y si los fiscalizan, mágicamente tienen su "revisión al día". Es una burla, claramente hay gato encerrado. Y lo más peligroso es que son autos, camionetas o incluso camiones 3/4 que circulan así con el riesgo de ocasionar un accidente por su mal estado.
Hernán Araya