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"Volver a jugar tras la operación fue lo más feliz de mi carrera"

El ídolo del CDA, Richard Olivares, repasa su trayectoria en el fútbol tras la doble cirugía al corazón, con el ascenso incluido del 2011 y su actual presente en el balompié amateur.
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Cristian Puebla H - La Estrella

Dentro de los jugadores que están en la historia de Deportes Antofagasta, uno que se ganó un lugar por su entrega y ganas de luchar ante la adversidad es Richard Olivares, conocido como "Corazón Valiente". El volante vivió momentos duros cuando en 2008 un problema cardíaco estuvo cerca de dejarlo fuera del fútbol, pero sus ganas, un par de operaciones, y el apoyo de su familia y amigos cercanos, fueron claves para que siguiera derrochando talento e incluso ser campeón con su amado CDA en 2011, donde además logró con ese plantel el último ascenso de los "Pumas" a la Primera División.

Hoy Richard sigue ligado a su pasión, entrenando a niños y jóvenes, y también mostrando calidad en los certámenes amateur de la "Perla del Norte", donde junto a otros ex "Pumas" llevan ese talento que por años recorrió diversas canchas de nuestro país.

Imagino fue difícil la noticia del problema al corazón, ¿cómo se entero?, ¿qué pensó en el momento?

En 2008 me enteré de la enfermedad producto de un golpe en un partido contra Cobreloa. Sentía mucha molestia, me duró toda la semana, y con el kinesiólogo Lee Harvey fuimos a realizar unos exámenes pensando en una posible fractura de costilla. Sin embargo los resultados fueron otros, mi corazón dejaba de latir por siete segundos cuando estaba en reposo, incluso me pudo dar una muerte súbita. El cardiólogo me dijo que debía operarme, que me pondrían un marcapaso de por vida y que no podría jugar al fútbol profesional. Para mí la noticia fue devastadora, fue como me cortaran las piernas, era joven y el retiro no pasaba por mi cabeza. Claudio Tello estaba conmigo y me ayudó mucho, incluso me contactó con un especialista en Santiago. Lo mismo que Osman Huerta, que me acompañó siempre a la clínica y no me abandonó. En general el plantel cuando supo se cuadró y me entregó todo el respaldo.

Después de esa primera operación, ¿cómo siguió su vida?, ¿cuándo volvió a las canchas?

En Santiago el médico de la UC, Fernando Yáñez, me dio una buena noticia, que podía seguir jugando pero con un marcapaso debajo de músculo. Era una intervención más complicada, pero asumimos el desafío, ya que quería seguir y mi esposa me apoyó. La operación fue en septiembre, estuve con reposo cerca de diez días, y cuando regresé a entrenar justo enfrentábamos a Colo Colo. Todo estaba en orden, la cicatrización y el marcapaso. El flaco Ibarra (DT del equipo) habló conmigo y me preguntó si podía jugar, que necesitaba el informe del médico. Fui al doctor, me revisó y me comentó que estaba en condiciones pero solamente un par de minutos, que fuéramos con precaución… Volví al estadio y el flaco me dijo si quería jugar desde el inicio o entrar los últimos 30 minutos, yo quería salir en la foto y le dije "del comienzo profe". Al final estuve 75 minutos en cancha, jamás lo olvidaré, ya que fue el momento más feliz de mi carrera.

El 2010 vino una segunda intervención, ¿qué pasó en ese momento?

Se abrió la herida y por ahí se salieron los cables del marcapaso. Ocurrió en una acción con el "Limache" González, que jugaba en Everton. Fuimos a disputar un balón y "Limache" entró fuerte y con los estoperoles me golpea el pecho y se abrió la cicatriz. El médico al revisarme me dijo que era necesario operar nuevamente ya que podría tener complicaciones. Incluso esta cirugía era de mayor cuidado, ya que tendría q sacar el cable y hacer varios exámenes interiores. Viaje a Santiago y todo de nuevo, pero ahora estuve como dos meses en rehabilitación.

Después de un positivo 2010, vino la gran campaña del 2011. Campeones y regreso a Primera. ¿Qué recuerda de ese momento?

Después del 2010, donde perdimos la liguilla con Santiago Morning, hubo opciones de emigrar a otros clubes, pero yo estaba feliz en Antofagasta, muy identificado con el equipo. Mi sueño en ese entonces era retirarme en el CDA, y si era posible con un ascenso. El 2011 llegó Gustavo Huerta con una gran cantidad de jugadores, se armó un plantel competitivo y alcanzamos la meta, en otro de los momentos felices de mi carrera. Primero conquistamos el Apertura ganando a Everton, y después la tabla general cuando superamos a San Luis en el Parque Juan López. Fue emocionante, era mi sueño, merecíamos jugar en Primera, logramos ser campeones y que mejor con el club de tu ciudad.

¿Cuándo terminó su carrera?, ¿qué lo motivó a dejar el fútbol profesional?

Jugué hasta el 2017, terminé mi carrera en Colchagua. Tenía ganas de seguir jugando, pero yo estaba en San Fernando, mi familia en Antofagasta, y el tema familiar pesó más en la balanza. Mi sueño era "colgar los botines" en el CDA, pero las personas que están a cargo del club no me apoyaron. Así es la vida, pero feliz por lo que viví en toda mi carrera.

Por último, ¿cuál es su presente?, siempre lo vemos por alguna cancha antofagastina jugando en las ligas amateur.

Desde que dejé la actividad profesional ingresé al fútbol amateur. Juego en varios equipos de barrio, soy un pichangoso y donde me inviten voy. Participó en la Asociación El Ancla por SQM Salar, donde tengo a cargo la escuela de fútbol, que me permite entregar mi experiencia a las nuevas generaciones, incluido mi hijo Mateo que sigue mis pasos. Nunca dejaré esta pasión, el fútbol me dio muchas cosas y alegrías, y ahora lo estoy devolviendo.

2008 ese año cambió la vida de Olivares, ya que debió operarse por primera vez del corazón.

archivo/cedidas
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el ascenso del 2011 fue uno de los momentos más felices de su carrera.
Richard junto a sus pequeños de SQM, el semillero que está formando en la ciudad.
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