Jardines infantiles particulares luchan por sobrevivir a la crisis
Dos establecimientos ya cerraron y hay casos donde ya no pueden pagar los sueldos, cuentan.
Ignacio Araya - La Estrella
La situación que existe en el país también ha golpeado fuertemente a los jardines infantiles y sala cuna particulares, establecimientos que dependen de sus matrículas. Hace un mes, María Martínez, directora del jardín infantil Talita Cumi, tuvo que enfrentar el difícil momento y cerrar las puertas de su establecimiento.
El Talita Cumi -definido como un establecimiento cristiano ecológico- llevaba 8 años de funcionamiento y hasta antes de la pandemia, tenía una matrícula de 40 párvulos. Sin embargo, la situación no dio para más y tuvo que cerrar, dejando a siete personas sin trabajo. "Eso fue lo más triste para mi como directora, dejar sin su fuente laboral a las tías", cuenta.
Además del Talita Cumi, el Safari Kids también cerró, dice Martínez. La sala cuna Rayito de Sol también está pasando por tiempos complejos. Stephanie Nielsen, directora del establecimiento, cuenta que a partir del estallido social bajaron las matrículas. Pese a que no sufrieron desmanes, "sí tuvimos hartas bajas, tanto por las empresas como las mamitas que estaban asustadas", dice.
Sueldos
La pandemia vino a cambiar radicalmente la situación de Rayito de Sol. "Muchas empresas dejaron de pagar abril, mayo tengo congelados los pagos", señala Nielsen. Además, han tenido el caso de mamás que han sido desvinculadas. Todo ello llevó a que varias salas cunas y jardines infantiles tuvieron que llegar a congelar los sueldos, porque no dan abasto para poder hacerlo.
"Ha sido súper complejo tanto para sostenedores poder llevar esta situación con nuestro establecimiento, ya que nosotros somos una parte fundamental de la educación (…) hoy en día, por ser particulares no nos llaman, no nos pescan", lamenta.
El objetivo de ambas profesionales es poder llegar al seremi de Educación para poder reunirse con él. Stephanie Nielsen reflexiona que no piden ayuda económica porque es posible que no la tengan, pero sí algún tipo de norma que pueda ayudar a los establecimientos particulares. "Pedir un crédito covid tampoco nos ayudaría mucho, porque seríamos muchas rechazadas", señala.
2 jardines infantiles, han debido cerrar, cuenta la educadora María Martínez.