Carabineros
Señor director:
Todos los países desean tener una policía que garantice seguridad a sus habitantes. Chile lo logró con Carabineros, al ser catalogada por décadas de alto nivel de prestigio, reconocida por organismos internacionales y la propia ciudadanía. La contingencia política produjo, a contar de octubre pasado, graves alteraciones al orden público, los más violentos en la historia del país, ante lo cual conforme al mandato constitucional, legal y reglamentario, Carabineros tuvo que proceder. Esto trajo como consecuencia cientos de heridos civiles y miles de funcionarios lesionados, dando paso a acciones judiciales, investigaciones por comisiones del parlamento y acusaciones de organismos de Derechos Humanos, que paradojalmente imputan a los que trataron de mantener el orden público y no a quienes lo alteraron, lo que se suma a una organizada campaña de desprestigio hacia Carabineros de Chile.
No cabe duda, todo obedece un plan para reformar estructuralmente y desarticulación de Carabineros de Chile, para que a futuro la policía sea la "guardia pretoriana" del régimen de turno, lo que ya están logrando, pues los funcionarios están cansados y decepcionados del "pago de Chile". Prueba de ello es que las postulaciones a la institución ya bajaron en un 71%.
Pero eso no es todo, ahora el contralor general de la República, en un exacerbado afán de protagonismo, ha formulado cargos y sometido a sumarios administrativos de carácter secreto a siete generales, pretendiendo inhibir al Alto Mando, a vista y paciencia de los cómplices pasivos que constituye todo el espectro político y otras instituciones que están siendo utilizadas.
Es lamentable, el Estado de Chile se ha "disparado a los pies", para que nunca más tengamos una de las mejores policías del mundo, seguramente es lo que hoy merecemos como sociedad.
Iván Stenger Larenas
coronel ® de Carabineros
Magíster Pedagogía Universitaria
Volantines
Señor director:
La pandemia del coronavirus no perdona ni a los volantines en septiembre. El hilo no podrá estar" curado" ni andar en "carrete".
Jorge Valenzuela Araya