Jeanie Buss, la primera mujer dueña de un equipo en ser campeona de la NBA
Desde el 2017 que se hizo cargo por completo de Los Lakers llevando su franquicia a lo más alto.
Deportes - La Estrella
Jeanie Buss dejó una marca en el deporte estadounidense, cuando recibió el Trofeo Larry O'Brien de la NBA. "Buss es la primera mujer dueña de un equipo campeón en la historia de la liga", la describió el medio LA Magazine.
A los 59 años, la hija de Jerry Buss condujo a Los Angeles Lakers al triunfo. "Pocos equipos profesionales son propiedad de mujeres en los Estados Unidos, y entre ellos solo uno puede jactarse de un campeonato", agregó la publicación.
El padre de la presidenta del equipo que encabeza LeBron James, Jerry Buss, compró a los Lakers en 1979 y se tomó algunos años antes de asumir el control de la operación. Cuando él murió, en 2013, distribuyó el 66% del equipo, que estaba en su poder en ese momento, en partes iguales entre sus seis hijos; Jennie, quien siempre tuvo un interés particular en los negocios, asumió como presidenta del equipo, pero las operaciones deportivas quedaron en manos de su hermano Jim Buss.
Tras una serie de disputas judiciales por quién manejaba el club, ella asumió plenamente como propietaria a cargo del control, terminó con la gestión del gerente general Mitch Kupchack y lo reemplazó por el agente de deportes Rob Pelinka, con quien había hablado en secreto durante el juicio.
Buss aceptó la renuncia de su hermano como vicepresidente de Operaciones de Básquetbol y nombró en su lugar a Earvin "Magic" Johnson, dándole un vuelco total a la administración deportiva de los Lakers.
Si bien durante los años de Jerry Buss los Lakers habían ganado algunos trofeos, esta vez era la primera para esta mujer nacida en 1961 en Santa Mónica, California, quien fue pareja de Phil Jackson, exentrenador de los Lakers que llevó al equipo a cinco títulos, entre 1999 y 2016.
Otras mujeres han sido parte de la dirigencia del basquetbol de la NBA, como propietarias o como directoras generales, pero Buss mostró la capacidad de mantenerse firme cuando fue necesario y de ceder para cerrar el capítulo del drama familiar.