"No anden en fiestas, en la calle, cuiden a la familia y sobre todo a sus papás, porque lo que está pasando es horrible"
María Castañeda, adulta mayor, estuvo más de 90 días hospitalizada y gran parte de ellos intubada en la UCI luchando contra el Covid-19. Ahora, por fin dejó el Hospital Carlos Cisternas de Calama para dar su testimonio y pedirle a todos que "tomen conciencia".
María Castañeda llegó desde La Serena hasta Calama para pasar la Navidad junto a sus familiares. Al ser adulta mayor y por eso una paciente de alto de alto riesgo en caso de contraer Covid-19, en su círculo más cercano abundaban los cuidados y las precauciones. Todo cambió algunas semanas después.
Pese a todas esas consideraciones para evitar contraer el virus del que tanto habían oído hablar, el maldito patógeno ingresó a su organismo y después se transmitió hacia sus familiares.
Lamentablemente, María se llevó la peor parte debido a su edad, ya que durante los siguientes tres meses permaneció en el Hospital Carlos Cisternas (HCC) batallando contra los embates de la enfermedad, dos de los cuales los cuales los pasó en su lucha más crítica al estar intubada en la UCI aferrándose a la vida y en su rehabilitación.
"El proceso fue muy largo, primero de desesperación, incertidumbre, porque nos dicen que tenía Covid y al tiro a uno se le viene lo peor a la mente", recuerda Patricia Bermúdez, hija de la señora María.
Hasta el día de hoy no saben cómo se contagiaron y Patricia sospecha que el virus pudo haberse propagado en el avión cuando venían hasta la región a pasar las fiestas. El proceso fue muy complejo. Su madre ingresó hasta el HCC con dificultad para respirar y a los cuatro días le avisaron que debía ser intubada.
"Eso fue terrible, no saber nada de ella, no poder verla, escucharla... nada", dice y agrega que incluso, después de poco más de un mes con ventilación, le avisaron que "sólo debíamos esperar".
"Ahí fue lo peor, se nos vino todo el mundo abajo y estuvo tres días en que los doctores nos decían que prácticamente estaba (viviendo) con las máquinas. Fue terrible, pensamos que nunca más la íbamos a ver", añade.
El milagro
Después de 91 días María Castañeda fue dada de alta. Durante las jornadas siguientes, en las que casi no había esperanzas, comenzó poco a poco a reaccionar al tratamiento. Gracias a todo el esfuerzo del personal clínico y las oraciones, el milagro fue posible, dejando atrás los sedantes y posteriormente la intubación, la traqueostomía y la UCI. Dada su mejoría, fue derivada a una sala de cuidados intermedios (UTI). Para ese entonces, ya podía hablar a través de Whatsapp y videollamada con sus familiares, aumentando sus ganas de salir del hospital, algo que aceleró su recuperación. La semana pasada, finalmente, fue dada de alta.
Ella, contra todo pronóstico inicial, pudo ganarle la batalla más dura al Covid-19 y tener otra oportunidad para disfrutar con los suyos.
"Toda mi familia lloraba y ahora están todos felices. Me voy con todos los que me han atendido en mi corazón, porque para mí ha sido una ayuda muy grande. Todos me han ayudado a salir adelante, me dicen 'tú eres fuerte y vas a salir', porque muchos me dijeron que así como estaba, pensaban que no iba a volver", contaba antes de ser dada de alta.
"Fue una emoción muy grande para todos", agrega Patricia, quien se encargaba de comentarle a los demás integrantes de la familia el avance de su mamá. "Siento mucha emoción y alegría después de tanto tiempo", señala entre medio de agradecimientos al personal clínico por el esfuerzo de traerla de vuelta a la vida.
Es entonces cuando hace una pausa y reflexiona para también enviar su mensaje: "Mi mamá venía a pasar la Navidad y no la sacamos a ninguna parte, nos cuidamos. De repente empezó a enfermarse y no sabíamos dónde se había pegado el bicho, porque a nosotros nos dio posterior a ella. Esta enfermedad está en todas partes. Nos puede tocar a cualquiera".
Patricia cuenta también que al ser ella la portadora de las noticias de su mamá hacia los demás, era la que más contacto tenía con el personal médico. A veces no respondían el Whatsapp porque justo en ese momento estaban en otra emergencia...
" Vean la situación en la que está el hospital también, porque yo venía día por medio y veía el trabajo de los doctores cuando corrían, cuando estaban agotados, cuando a veces salían me atendían rapidito, en otras estaban en una situación crítica, o (me decían) tenemos que intubar a alguien. Yo lo viví y sé cómo está el hospital, el esfuerzo que hacen y como está de saturado".
Finalmente y tras pasar tres meses en el hospital, María se da el tiempo para enviar un mensaje a todos, especialmente aquellos que ven el virus como algo lejano o simplemente reniegan de la pandemia:
"Les diría a todos que se cuiden, que no anden en las calles, en fiestas, porque ahí los contagios son más grandes, que cuiden a la familia, sobre todo a los papás que son de edad y que les hacen mucha falta a los hijos. Cuiden a los hijos, a los niños, porque lo que está pasando es algo terrible... ¿cómo no van a tener consciencia de que lo está pasando?".
María estará un par de meses en Calama para recuperarse. Después de ese tiempo, volverán a La Serena tras una celebración de Navidad que se convirtió en una experiencia de vida.
"Esta enfermedad está en todas partes y nos puede tocar a cualquiera. Vean la situación en la que está el hospital también".
Patricia Bermúdez, hija de María Castañeda respecto a los negacionistas de la pandemia.


