"Si la primera temporada fue el reto más grande en mi carrera, esta es más"
El protagonista de "Luis Miguel: La serie" adelanta que se verá la reacción del cantante ante la ausencia de su mamá.
Javiera Palta Olmos
Después de tres años de espera, la segunda temporada de "Luis Miguel: La serie" regresa este domingo a la pantalla, cuando la fanaticada del "Sol de México" podrá ver a través de Netflix los vaivenes de su carrera entre los años '90 e inicios de los 2000.
"Nadie esperaba el éxito de la primera temporada. De verdad, nadie. Y después de que le fue tan bien, para todos fue importantísimo no apresurar la segunda temporada", cuenta el actor Diego Boneta, quien está a cargo de interpretar a la leyenda de la música.
"La primera temporada estuvo basada en un libro, mientras que la segunda fue una compilación de una investigación enorme con Luis Miguel y otras personas más que vivieron esa etapa. De ahí vieron qué es lo que vale la pena contar, qué es lo más importante y cómo estructuramos la narrativa", añade.
Sobre la trama de la nueva entrega, Boneta afirmó que "se toca el tema de Marcela, pero no es una serie de qué es lo que le pasó a Marcela, es sobre lo que le pasó a Luis Miguel después de que deja de ver a Marcela y cómo eso le impacta y hace que sucedan la cadena de decisiones que él va tomando a lo largo de su vida y cómo el Luis Miguel de los '90 se va transformando en el Luis Miguel de los 2000", explica.
¿Cómo describirías a este Luis Miguel de esta temporada?
En la primera temporada él es más ingenuo, más víctima. Aquí no. Él sabe perfectamente el poder que tiene como artista, y ya no tiene a su papá frenando. A mí se me hace muy interesante ver esa transformación y ver el lado que no está en YouTube, ese lado más personal y ese equilibrio y esa lucha de su vida personal y profesional.
Hay una cosa muy interesante que pasa, y es que Luis Miguel odia a su padre pero en ciertos aspectos se va a parecer a él...
Totalmente. Luisito Rey no está físicamente ahí pero hay muchas cosas de Luis Miguel donde se va convirtiendo en su papá. Porque es lo que pasa con todos nosotros. Es el ejemplo que nosotros tenemos. Definitivamente fue algo consciente, algo que trabajé. Fue muy divertido. Parte de eso fue volver a ver la primera temporada, ver las escenas que hizo Óscar Jaenada, que hizo un gran trabajo. Hay ciertas palabras que hacía, ciertos gestos que él hacía también de una manera sutil.
¿Cómo fue preparar a un Luis Miguel de 20 y 30 años?
La preparación fue un proceso largo y muy duro. Primero aprendí a diferenciar a ambos personajes para tener la sensación de que eran dos personas distintas. Hubo mucho estudio de videos ambas líneas de tiempo tanto en el escenario como en entrevistas para ver tics, para ver el detalle del detalle y que no fueran pinceladas grandes, sino cositas sutiles pequeñas, y de ahí ir creciendo cada vez más el cuerpo del grande, el cuerpo del joven. Fue sumamente divertido, fue un reto enorme para mí, sobre todo cuando en un mismo día me tocaba hacer de ambos. El usar prostéticos fue otro mundo en sí, es la primera vez que me toca trabajar con algo así, y empezaron siendo seis horas de aplicación diaria y se redujeron a tres. Si la primera temporada fue un reto enorme y el más grande en mi carrera, esta lo es muchísimo más.