Cartas
Días felices
Señor director:
Permítame evocar esos días felices en nuestra ciudad, cuando la familia, los amigos y los pololos podían caminar libremente por el centro y mirar las tiendas que ofrecían el último grito de la moda. Las vitrinas muy lindas, iluminadas con la moda de la época, una linda maniquí guiñando sus ojitos, invitándote a pasar a la tienda. Las simpáticas dependientes atendían con mucho cariño y amabilidad. Tenían de todo, productos chilenos, retazos, liquidaciones y precios bajos para el público.
Para Fiestas Patrias y Navidad era precioso ver las vitrinas iluminadas con lindos colores, dándole un toque de paz, alegría y felicidad.
Habían varias tiendas como El Gato Negro, La Jardinera, Casa Elena, Casa Castilla, Casa Mayol, Casa Carmona y El Vaticano.
Actualmente, transitar por el centro en Prat, Matta, Baquedano o Latorre es un caos, una tierra de nadie donde los ambulantes, cocinerías, artistas, inmigrantes y otros se tomaron las calles y nadie le pone el cascabel al gato.
Waldo Campusano Álvarez