Cartas
Día del "Roto"(a) chileno(a)
Señor director:
Se define como "roto(a)" a una persona tosca, desvergonzada, mal educada y de groseros modales. Ciertamente, un modo despectivo de señalar al chileno mestizo que, irónicamente, destaca en los conflictos armados de nuestro país.
Los campesinos, gañanes y pobres subordinados de las haciendas han sido siempre los primeros (voluntarios o no) a enfrentarse en armas cuando Chile los ha necesitado.
Su figura se torna popular debido a la valentía y victorias obtenidas, especialmente el 20 de enero de 1839 en la Batalla de Yungay, bajo el mando de Manuel Bulnes, durante la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana y la Guerra del Pacífico, de 1879 a 1884.
A pesar de la invisibilización a la que fueron sometidos por muchos años por parte de la oligarquía nacional, el esfuerzo y valentía de estos "rotos" fueron ganando reconocimiento. Emplazando al típico "arco del triunfo", el 7 de octubre de 1888 se inaugura el "monumento al roto chileno", erigido en la plaza del Barrio Yungay. El artista, Virginio Arias, lo representa en la figura de un joven y fornido miliciano campesino, sin uniforme ni calzado, resaltando al valiente anónimo y defensor de su patria.
No puedo dejar de mencionar que entre estos "rotos" valientes, también hubo "rotas" bravas. En Yungay, Candelaria Pérez, obtiene el grado de sargento por su brillante y osada participación en este hecho. Su legado es seguido 40 años después por las mujeres que acompañaron a sus familiares quienes se enlistaron para combatir en la Guerra del Pacífico. Entre ellas, Irene Morales Galaz, quien tiene mucho en común con Candelaria: ambas son nacidas en La Chimba, hoy Recoleta; actúan por venganza en las guerras (Pérez fue acosada y perseguida en el Callao por ser chilena. A Morales, los bolivianos le matan a su pareja en Antofagasta); ambas ascendidas a Sargento, a pesar de ser mujeres civiles voluntarias; son recibidas con honores a su regreso al país, pero olvidadas muy pronto; mueren de neumonía, pobres y solas en el mismo hospital (San Borja) y ambas son sepultadas en el mismo cementerio (Recoleta, en Santiago).
Como si hubiese un hilo invisible que las une desde siempre, Morales es vista públicamente por última vez en la inauguración de este monumento, en honor también a la "rota" Candelaria.
Ana Olivares Cepeda
guía de turismo patrimonial