Especialistas sostienen que es posible volver de las vacaciones sin deprimirse
Para evitar el síndrome de la ansiedad causada por la vuelta al trabajo, sicólogos recomiendan llevar una vida integral y satisfactoria los 365 días del año y no sólo en los meses de verano. Planificar la semana puede ser de mucha ayuda.
Rodrigo Castillo R.
Aceptémoslo: pasada la primera quincena de febrero, para casi todo el mundo empieza una silenciosa cuenta regresiva. El verano entra en su etapa final, los días de vacaciones pasan más rápido y se aproxima el momento de retornar al mundo laboral. El trabajador ha tenido dos, tres o cuatro semanas de descanso y se supone que debería retomar sus labores con energías renovadas, pero esa vuelta a las jornadas productivas y a las reuniones estratégicas (ya sea que se hagan por Zoom o en forma presencial) suele ser motivo de trastornos y ansiedades.
"Algunos estudios sobre salud mental hablan de que entre las personas existiría un síndrome post vacacional, que trae síntomas como nerviosismo, depresión, cambios de humor y apatía. Este síndrome no está claramente tipificado ni aceptado en el ámbito clínico, pero se supone que los síntomas tienden a desaparecer a medida que la persona va integrándose a la rutina cotidiana, porque este cuadro tiene que ver con el choque entre lo que uno ha estado viviendo y sintiendo en sus vacaciones, y lo que empieza a pasar cuando vuelve al trabajo", explica el sicólogo clínico Claudio Mendoza.
"Más allá de que este síndrome exista o no, la presencia de estos síntomas puede estar acrecentada por varios factores. Hay factores situacionales, que son propios del tipo de trabajo que se realiza. Si uno, por ejemplo, vuelve a un trabajo donde antes de las vacaciones ha sufrido acoso laboral, ciertamente al volver a ejercer sus funciones va a tener una ansiedad que estará acentuada producto de esa situación que está pendiente, y que lo está esperando junto con un montón de papeles y tareas que no están hechas y que deben tramitarse cuanto antes. La situación pandémica que hemos vivido en estos dos últimos años, además, es otro factor que dificulta el regreso al trabajo", comenta el profesional.
Para enfrentar esa posible melancolía o abatimiento que la persona experimenta al retomar sus deberes habituales, los especialistas recomiendan adoptar una serie de medidas. Se aconseja buscar momentos para realizar actividades recreativas, para así lograr una transición más paulatina entre la temporada de reposo absoluto y la vuelta al torbellino de responsabilidades.
También se sugiere que el trabajador organice las tareas que se han acumulado durante su ausencia, dando prioridad a los asuntos más urgentes o complicados, para así salir rápidamente de esos nudos que causan inconvenientes y disgustos. Todas esas estrategias, sin embargo, resultarán insuficientes si la persona no realiza cambios más profundos en su manera de enfocar la vida.
"Uno, a lo largo de todo el año, debería tener tiempo para todo: tiempo para trabajar, para actividades de la vida cotidiana o doméstica, y tiempo libre para hacer cosas que tú elijas, ya sea salir a correr, hacer yoga, meditar o jugar a las bolitas. Cuando una persona está en un trabajo súper intenso y no se concede esos espacios para los pasatiempos, el deporte o las entretenciones, deja de escuchar a su cuerpo y se empieza a pasar de revoluciones. Y ese es el inicio de todos los problemas, como el insomnio, la ansiedad, la angustia y el estrés", advierte la sicóloga clínica Ana María González, quien se especializa en la atención de ejecutivos inmersos en la cultura corporativa y empresarial.
"La clave es llevar una buena vida durante los 365 días del año. En época de vacaciones puedo dejar de lado el trabajo y las actividades cotidianas, para enfocarme en las cosas que más me gustan y dedicarles todo el tiempo, pero lo que se recomienda es organizarte en tu vida diaria, de lunes a viernes, cuando trabajas, para distribuir tu tiempo en una forma que te permita hacer las cosas que te gustan, incluso dentro de la semana laboral. Si sabes que todo el año tienes una vida integral, cuando terminan las vacaciones puedes volver tranquilo a tu vida habitual, porque sabes que puedes seguir teniendo esas cosas que te gustan, y que no necesitas estar de vacaciones para disfrutar de ellas", resume.
"Cuando alguien está en un trabajo súper intenso y no se concede espacios deja de escuchar a su cuerpo y se empieza a pasar de revoluciones.
Ana María González, pscióloga clínica
"Algunos estudios hablan de que existiría un síndrome post vacacional, que trae síntomas como nerviosismo, depresión, cambios de humor y apatía.
Claudio Mendoza, psicólogo clínico