Foto denuncia: Consumo de alcohol
@ARSANCHEZFOTO dice en twitter: "Sector vertiente de La Chimba, semana tras semana este es el panorama después del consumo de alcohol y drogas en la vía pública a metros de la 5ª comisaría La Portada".
@ARSANCHEZFOTO dice en twitter: "Sector vertiente de La Chimba, semana tras semana este es el panorama después del consumo de alcohol y drogas en la vía pública a metros de la 5ª comisaría La Portada".
El usuario @eddelafuga denuncia en redes sociales: "#Antofagasta @MovistarChile Avenida Argentina, altura 0100, ¿Por dónde pasan los adultos mayores que necesitan asistencia?"
Señor director:
El 2 de marzo partieron las clases presenciales obligatorias con todo. La ciudad se sacudió y despertó temprano bullendo de renovada actividad. Los noticieros y matinales recogieron testimonios que daban cuenta de la felicidad de los alumnos de volver a encontrarse, tener clases cara a cara, recuperar la convivencia, cuestión clave para el aprendizaje en términos amplios, incluyendo el cuidado de la salud mental, tan afectada por la falta de socialización. Los reporteros intentaban plantear cuestiones "punzantes" como lo acertado de los aforos, los riesgos de la medida, las objeciones del Colegio de Profesores.
Nadie se preguntó ni se ha preguntado ni probablemente se preguntará cuántos niños, niñas y jóvenes particularmente vulnerables no volverán a clases este marzo y abril tras dos años de educación híbrida o virtual o total desconexión. Este grupo, que según las cifras pre pandemia alcanzaba una población de unos 186 mil adolescentes y jóvenes excluidos del sistema educativo, a los que en pandemia se sumaron otros 40 en 2021, sigue como siempre siendo invisible para todos.
Quienes trabajamos en reducir la exclusión escolar, recién en abril sabremos a ciencia cierta cuántos, obligados por el agravamiento de sus condiciones económicas, sociales, familiares, no volvieron. Cuántos resolvieron tirar la esponja para enfocarse en sobrevivir. Frente a esto, las preguntas son: ¿Cómo hacer algo distinto para incentivar que vuelvan? ¿Cómo ir a buscarlos y recuperarlos? ¿Cómo construir para ellos una oferta atractiva, nueva y complementaria a las ya existentes que no les acomodan?
La interrupción de las trayectorias escolares, el que miles de jóvenes opten por la vida laboral tempranamente sin terminar su educación obligatoria, realidad que las consecuencias de la pandemia ha agravado, es un problema país. Un derecho social que por muy refrendado que quede en la nueva Constitución, no basta. Es una base, pero no la solución.
Desafiémonos paralelamente a coordinar acciones para avanzar en el desarrollo y aplicación de políticas sociales que defiendan y aporten a la protección del inalienable derecho a la educación.
Aprovechamos de entregar nuestra mirada sobre los principales avances, donde destacan: una modalidad de reingreso aprobada por el Consejo Nacional de Educación, un proyecto de ley ingresado en el Congreso para financiar su implementación, la visibilización de la existencia de niños, niñas y jóvenes con su derecho a la educación vulnerado y una fórmula de cálculo consensuada para hacernos cargo de la problemática.
Liliana Cortés
directora Fundación Súmate