Cartas
Ecuador o Chile
Estimado director:
Un mensaje a los periodistas deportivos ecuatorianos, en respuesta por sus descalificaciones a los chilenos, a propósito de nuestro reclamo por mala inscripción del jugador Byron Castillo, y que los podría dejar fuera del Mundial de Catar y a su vez clasificar a nuestra selección: Las reglas del fútbol y en especial las de competencias internacionales a nivel de clubes y de selecciones nacionales, se hicieron para ser cumplidas y supervisadas por FIFA y por cada una de las asociaciones de los otros países en competencia, sin excepción. Y si algún país no las cumple, hace trampa para sacar ventajas deportivas, deberá atenerse a las consecuencias respectivas, sean castigos, multas y descalificaciones deportivas, ni más ni menos.
Todo lo demás, en especial los insultos de los periodistas ecuatorianos, debieran evitarlos y dedicarles toda su rabia y pesares a sus connacionales que no habrían hecho bien las cosas como se deben y que finalmente serían los únicos y verdaderos culpables, si Ecuador quedara fuera de Catar y reemplazado por la "Roja" de todos.
Un dicho ecuatoriano: "A cada pavo le llega su Navidad" (Significa que a cada persona le va a tocar pagar las consecuencias de sus actos).
Luis Enrique Soler Milla
Jugadores
Señor director:
Somos muchos los amantes del fútbol que vemos con tristeza cómo un deporte tan hermoso se desvirtúa y pierde su encanto a causa de sus protagonistas: Hinchas, dirigentes empresarios, árbitros y jugadores. En esta ocasión, quiero centrar mi opinión en los actores principales, los jugadores. En un partido hay decisiones arbitrales que, siendo parte del juego, llevan a los jugadores a considerarlas injustas o parciales. La simulación de una falta, el hacer tiempo, agresiones físicas y verbales hacia compañeros de profesión o hacia el público, son actos que muchas veces en lugar de favorecerlos caldean los ánimos y ensucian un espectáculo por el cual están recibiendo un sueldo. Está claro que otra cosa es con guitarra, y que es totalmente diferente estar en graderías, que el fragor del campo de juego. Sin embargo, me pregunto: ¿por qué los jugadores reclaman en forma airada y matonesca una decisión arbitral, sabiendo que no se cambiará y que en la mayoría de los casos es justificada? Al final, solamente consiguen perjudicarse ellos y dañar a su club.
Jorge Valenzuela Araya