Buena atención

Señor director:

Soy aficionado a la pesca recreativa. Me gusta porque me entretiene y es como una terapia para mí. Algunos amigos me informaron que había que tener carné para poder pescar.

El lunes 13 de este mes me presenté en Sernapesca, donde me atendió muy gentil la señorita Irma Campusano Páez (no somos familiares), quien me explicó cómo era el sistema para solicitar carné de pesca. Me dijo que para los mayores de 65 años era gratis y en unos minutos me lo entregó. Debo decir que la señorita Irma es una funcionaria pública que brinda una muy buena atención. Es cordial, cariñosa y tiene una linda sonrisa. Se merece una nota de mérito. Felicitaciones Irma.

Waldo Campusano Álvarez

Calle Copiapó

Señor director:

Ya es habitual que algunos conductores se estacionen en la pista izquierda de calle Copiapó, entre Ossa y 14 de febrero, lo que está prohibido. Además, generan mucho taco, porque dejan una sola pista para todos los vehículos que suben por Copiapó.

Hernán Araya

Evaluaciones

Los profesores sabemos que contar con información en la sala de clases de cada uno de nuestros estudiantes durante el proceso de enseñanza y aprendizaje es el mejor escenario para encaminarlos a lograr las metas esperadas. Sin embargo, hace un tiempo los procesos de evaluación que nos permiten contar con esta información han experimentado un aumento en su percepción negativa, ya que se les asocia a tensión, agobio y frustración, no solo de los estudiantes, sino también de los profesores y de todo el sistema educativo. La pandemia del COVID-19 profundizó esta situación. Según datos del Centro de Justicia Educacional de la Universidad Católica, en 2020 los alumnos mostraron mayores dificultades atencionales y de tipo ansioso-depresivo, aislamiento, problemas sociales y de pensamiento, mientras que las exigencias de la educación remota afectaron seriamente al profesorado. Un estudio elaborado por la Universidad del Desarrollo reveló que el 77% de los profesores siente estrés, un 49,8% frustración y un 41% angustia. En el año 2020 se decidió no aplicar el SIMCE a los estudiantes por los próximos dos años. Para situaciones excepcionales las soluciones deben también ser excepcionales.