Cartas
Don José
Don José era conductor de la línea 102 del TransAntofagasta. En su recorrido por calle Eduardo Lefort, un joven siempre le pedía si podía llevarlo gratis. Don José era muy bondadoso y amablemente le permitía subir. El joven se bajaba en la Universidad de Antofagasta. Esto fue habitual, donde lo veía detenía la máquina: "Ya cabro, sube y a estudiar". En la tarde si lo encontraba lo llevaba hasta el centro. Con el tiempo dejó de verlo, pensaba ¿qué será de este muchacho? Pasaron los años y una mañana sube un joven, pagó su pasaje, llegó con él hasta el terminal, se acerca donde don José: "Hola caballero ¿se acuerda de mí?" Don José dijo no. "Soy el que usted llevaba gratis a la universidad". Don José le dijo: "Pucha cabro, ya estoy viejo, mi memoria falla". "Permítame abrazarlo, agradecerle por todo, usted me ayudó sin conocerme, sin saber quién era y eso no lo olvido. Le contaré que soy médico, atiendo en el hospital, le daré mi tarjeta. Usted y su familia cuando necesiten atención ahí estaré yo para atenderlos con mucho cariño. Ademas, don José, le entregaré este sobre, pero véalo en su casa". Se despidió de don José, quien en su casa abrió el sobre. Había un cheque por $500 mil y una nota que decía "gracias". Las vueltas de la vida.