Cobreloa mantuvo el invicto local pero se quedó sin título de Ascenso
Ante un Zorros del Desierto repleto de público, el equipo de Emiliano Astorga cayó preso de la ansiedad y sólo igualó con Santiago Morning.
No hubo tiempo para el reproche o la desilusión en las tribunas. Pese a que existía la posibilidad matemática de abrazar el ansiado sueño de volver directamente a primera división en cancha, Cobreloa vio ayer cómo su brillante campaña en el torneo del Ascenso quedó con puntos suspensivos, a la espera de una final ante el ganador de la liguilla para optar por el segundo cupo a la serie de honor.
Pero fue luchando y manteniendo el invicto en casa, con el equipo de Emiliano Astorga sellando una espectacular temporada como local, con 14 triunfos en 16 partidos jugados en Calama, en donde el rendimiento hizo justicia a esa antigua tradición de convertir al Zorros del Desierto en un recinto inexpugnable, igualando de paso las andanzas de los campeones de primera división en 1992, 2003 y 2004. Allí hubo un mérito innegable.
"Los Zorros" extendieron la definición hasta el final, una que se dio palmo a palmo y que sólo encontró justicia en el triunfo de "La Academia" en La Florida que le dio el esperado título, sin empañar con eso una temporada brillante de los mineros, que se fueron entre aplausos y con la ilusión más viva que nunca de conseguir la promoción y extender la espera por una vuelta olímpica para mediados o fines de noviembre en el municipal loíno.
Pese a ello, la sensación dentro del grupo de jugadores era agridulce, principalmente por no poder abrochar un triunfo que les hubiese dejado la tranquilidad de que hicieron todo por alzar la copa, la misma que llegó a las instalaciones del Zorros del Desierto y con su sola presencia encendió la ilusión de los más de 10 hinchas que repletaron el principal recinto deportivo calameño.
Fue empate que se logró con más empuje que orden. Y si la antesala hablaba de partidos ganados en el aliento final, acá también iba a ser con una historia parecida, sufriendo más de la cuenta.
Porque el elenco minero evidenció los nervios y tuvo un arranque dubitativo, en donde la apuesta fue la de generar peligro a través de las bandas, con Jorge Espejo y Carlos Sepúlveda tratando de desbordar a una cerrada ultima línea "bohemia" y no resultó. Un choque permanente que remarcaba la ausencia de un armador en la zona media naranja.
Y allí, en ese juego directo, el visitante supo arrimarse al arco de Matías Cano, con el manejo de Óscar Ortega y las rápidas arremetidas de Rodrigo González a la espalda de Nicolás Palma. Así llegó el gol que silenció el estadio, cuando en una rápida carga, Steffan Pino aprovechó la falla defensiva para poner el uno a cero y dejar la tarea cuesta arriba, eso cuando recién de jugaba el cuarto de hora.
Desde allí en más fue ida y vuelta, con Maximiliano Cerato estrellando un balón en el horizontal y Pino perdiéndose el dos a cero en las mismas barbas de Cano. Ese equilibrio se iba a tener que romper en uno u otro lado.
Fue una "avivada" de Cerato que apuró un foul en la mitad de la cancha con un pase al vació buscando a Juan Carlos Soto que encontró al de siempre, David Escalante sacando la mínima ventaja a su marcador en el área para poner una igualdad que devolvía la ilusión, más que cuando en Santiago, Magallanes no podía superar a Recoleta y extendía la angustia.
Complemento
Era "matar o morir" y allí, el técnico Emiliano Astorga decidió arriesgar, con el ingreso de Nicolás Maturana y cambiando el esquema defensivo, variantes que no aclararon el enredo permanente y la rebuscada estrategia del pelotazo.
Todo se fue enredando, más cuando las noticias desde la capital confirmaban que Magallanes superaba a Recoleta y el título estaba definido.
Pero allí apareció otra vez la templanza para ir a buscar mejor suerte, más cuando otra desaplicación en la zona posterior provocó que Santiago Morning anotara un tanto de "baby fútbol", con Ortega floreándose en el área para dejar a Leandro Barrera a tiro de gol con menos de diez minutos por jugar. Parecía sentencia...
Entonces apareció el empuje, el amor propio y un cabezazo de Axl Ríos en los descuentos que puso el empate que permitió conservar la imbatibilidad en casa. Un premio de consuelo para un equipo que se fue entre aplausos y cánticos que refrendaban el mismo mensaje: "Cobreloa es de primera" fue lo último que escucharon los futbolistas antes del emotivo y cabizbajo abandono del campo de juego.
"Queríamos ganar y por eso nos vamos con esa sensación agridulce, más cuando vemos cómo respondió el público. Pero nos queda la convicción de que no dependía de nosotros, que hicimos lo mejor posible y que por lo menos devolvimos esa tradición de que acá en Calama no gana nadie", dijo un emocionado Axl Ríos al final del encuentro, el volante que es el último sobreviviente de la final en 2018, cuando "Los Zorros" llegaron a la misma instancia por recuperar su sitial en la serie de honor.
Emiliano Astorga ya prepara los dos partidos que le podrían dar el ascenso, que será ante Copiapó, San Felipe, Puerto Montt o Universidad de Concepción, equipos que empiezan a batirse en duelos de ida y vuelta a partir del próximo lunes.
Las versiones indican que el juego definitivo, en Calama contra el vencedor de las dos llaves sería el 27 de noviembre en Calama. Tiempo suficiente para recuperar energías, jugadores lesionados y principalmente para levantar la moral.
Porque aunque las probabilidades indicaban que la opción loína ayer era limitada, por momentos se vivió la fiesta del ascenso.
Y sería erróneo perder esa convicción hoy por este empate accidental que sepultó las esperanzas de abrazar un nuevo título.