Francia apela a su fútbol práctico y se instala en la final del Mundial
Aunque sufrió por momentos, la vigente campeona anotó en los momentos justos. Venció 2-0 a Marruecos.
Nicolás Labra G.
En Francia no hay lirismo, ni las grandes jugadas para el recuerdo de Lionel Messi, pero sí sobra efectividad, practicismo y una capacidad notable para salir vivo de los malos momentos sin ser golpeado, porque los galos apelaron a esa fortaleza para imponerse, no sin dudas, a Marruecos por 2-0 y acceder a su segunda final consecutiva en el Mundial de Catar, a la espera de Argentina el domingo en el portentoso Estadio de Lusail.
Marruecos, la sorpresa de la Copa al ser el primer africano en una semifinal, salió enchufada gracias al apoyo masivo de los miles de compatriotas presentes en Al Bayt, pero más allá de unas intentonas iniciales, el juego en el primer lapso siempre pasó más por las piernas de los franceses que de los marroquíes, y los vigentes campeones golpearon rápido con la apertura de la cuenta al minuto 5.
Raphael Varane profundizó a Antoine Griezmann, que entró por la banda derecha, centró, no pudo definir Kylian Mbappé y el rebote lo clavó de zurda el lateral Theo Hernandez.
Parecía que Francia no sufriría en el encuentro, pero al 9' respondió el volante Azzedine Ounahi con un disparó que obligó al manotazo de Hugo Lloris; después reaccionó "Les Bleus" con una arrancada de Olivier Giroud que reventó el palo derecho de Yassine Bounou.
La jugada dejó al zaguero Romain Saiss resentido y obligado a pedir cambio, cuando Marruecos ya había perdido al también defensa Nayef Aguerd en el calentamiento. Sin la zaga titular los africanos casi igualaron en el cierre del primer lapso con una chilena de Jawad El Yamiq que dio en el palo derecho de Lloris.
Con esa chance salió envalentonada Marruecos al complemento, y pese a que dominó el balón por largos pasajes, nunca pudo concretar. Primero por el zaguero galo Ibrahima Konate certero en los despejes -y quien debería ganarle la titularidad el domingo a Dayot Upamecano- y después por la impericia de sus delanteros, reflejado en Abderazak Hamdallah quien nunca definió la que tuvo en el área.
Didier Deschamps, fiel a su libreto, simplemente movió piezas y dio paso a Marcus Thuram para cuidar a Giroud tras su desgaste y después a Randal Kolo Muani por Ousmane Dembelé, este último por lejos el de peor nivel de los franceses no solo ayer, sino que en casi todo el desarrollo del Mundial.
Francia aprovechó el ingreso de Muani porque tras una notable jugada de Mbappé donde intentó dejar tres en el camino recogió el rebote del tiro para poner el segundo tras 42 segundos en cancha, excesivo premio para Francia y demasiado castigo para los marroquíes. El domingo, en Lusail, Francia buscará su tercera copa, la segunda consecutiva en una final inédita. Lionel Messi y compañía los espera.