Cartas
Arturo Prat: una luz para nuestros tiempos
Señor director:
El 3 de abril de 1848 nace en la hacienda de San Agustín de Puñual, en Ninhue, Arturo Prat Chacón. Su vida desde la niñez no fue fácil, ya que de pequeño sus padres tuvieron que someterlo a un tratamiento hidroterápico para fortalecer su salud, debido a que era débil y enfermizo, procedimiento que no tan solo lo sanó, sino que templó su espíritu, formando en él una férrea disciplina que lo acompañaría por el resto de su vida.
A los 8 años ingresó a la Escuela Superior de Santiago, sin embargo, el amor a la patria inculcado por su familia lo impulsó a que decidiera vivir ligado al mar, camino exigente y riguroso, pero que llenaba su corazón. Con 10 años ingresó a la Armada, teniendo como guardiamarina su primera prueba de fuego al participar en la guerra contra España (1865-66). Su espíritu de superación lo llevó a graduarse de Bachiller con mención en Filosofía y Literatura en 1872, permitiendo que este oficial se desempeñara como profesor en la Escuela Naval y a bordo de la Esmeralda, continuando sus estudios hasta egresar como abogado 5 años más tarde.
En 1873, con el grado de capitán de corbeta, Arturo desposó a Carmela Carvajal, matrimonio que duraría unos pocos años, pero que estuvieron cargados de ternura y entrega. Luego, investido de capitán de fragata, nuestro héroe tuvo su punto sublime el 21 de mayo 1879, ya que, siendo comandante de la corbeta Esmeralda, no vaciló en enfrentar a un oponente imposible de vencer, reflejando todo su arrojo y valentía en la arenga inmortal que llenó de ánimo y valor a toda su dotación, rindiendo su vida por amor a Chile, sacrificio que provocó una efervescencia de patriotismo en la nación que cambió los destinos de la guerra.
Al conocer la vida de Prat podemos resaltar sus valores, tales como: cumplimiento del deber, honor, patriotismo, lealtad y valentía, los cuales fueron forjados con el correr de los años y que moldearon a este hombre para que sin vacilar entregara su vida por Chile, siendo un ejemplo por la eternidad.
Hoy, donde el individualismo ha mermado la sociedad, donde la incertidumbre y desconfianza impiden desarrollarnos de manera normal, existe una esperanza, ya que al igual que el comandante Prat, hay hombres y mujeres de bien que navegan bajo la misma estrella, que velan por la sociedad y lo han demostrado en las distintas emergencias que como país hemos enfrentado. Es por esto que debemos examinarnos y comprometernos a dar el máximo esfuerzo por un Chile mejor, entregando un sincero compromiso al servicio del prójimo, sabiendo que el premio es la satisfacción del deber cumplido.
Claudio Maldonado Naveas
comandante en jefe IV Zona Naval