Semana Santa

Señor director:

En estos días los cristianos del mundo estamos celebrando con nuestro pastor Francisco la Semana Santa; él nos invita a recogernos unos minutos interiormente con humildad y fe para meditar ¿Quiénes y somos y qué hacemos? Muchos acudimos a las iglesias el Miércoles de Cenizas, donde nos recordaron que esta vida tan floreciente para algunos hoy, es efímera, y que todos en polvos terminaremos.

Muchos asistimos a la ceremonia de la entrada triunfal de Jesús en la Catedral llevando ramas de palmas y olivos para que fueran bendecidas, y juntos con los cantos de niños, mujeres y hombres, religiosas carmelitas y de otras congregaciones que aún visten sus hábitos negros y café, seguimos pidiendo bendición para todas las familias y habitantes de nuestra región de Antofagasta, Calama, Alto del Loa etc. Fue emocionante ver nuevamente, después del Covid-19, a tanta multitud. Y ver por tv al Papa Francisco

que estuvo enfermo en el hospital, y apareció reluciente dirigiendo la Liturgia Pascual en la Misa del Vaticano.

En todas las iglesias católicas veremos las imágenes cubiertas de morado, donde se realizó el lavado de pies, la renovación de los votos de los sacerdotes y muchos acompañamos a las tres horas con el Vía Crucis a Jesús y en la vía dolorosa a su madre María. Escucharemos repetir sus últimas palabras en la cruz.

Asistiremos a la Iluminación del Cirio Pascual en la oscuridad. Pero la celebración más hermosa es la Resurrección y la Misa de Gloria. Después de una noche negra y fría con una inmensa luna, suenan las campanas anunciándola; los altares llenos de flores y cánticos de alegría. Los altares del Vaticano se llenan de flores anunciando la llegada de la primavera allá, y nosotros aquí en la distancia esperamos recibir la bendición que nos envía el Papa a todo el mundo. Los niños reciben sus huevos de chocolate que se esconden para que los busquen, y todos comemos los panes de huevos con cruces.

Pero de toda esta liturgia tan antigua, imitemos a Simón Cireneo y ayudemos como él lo hizo con Cristo a llevar la cruz a tantos hermanos necesitados, especialmente a los que han llegado desde lejos, y actuemos como el buen ladrón crucificado que confió en Jesús.

Nancy Monterrey C.