Cartas
"Lo que el viento se llevó"
Estimado director:
Dos icónicas promesas presidenciales del entonces candidato a presidente Gabriel Boric, palabras más, palabras menos estarían a punto de hacerse toda una realidad: El término de las AFP y de las Isapres.
En resumen, pero bien en resumen, entre los retiros de fondos y los ajustes de precios de los planes, se llevarían a las AFP y las Isapres a mejor vida.
Lo que siempre ocurre y de eso los chilenos saben de sobra, es que las promesas electorales muy pocas veces se cumplen en plenitud, tal como fueron ofrecidas, sin sacarles un punto ni una coma, esa es una cosa. Pero otra cosa muy diferente, es hacerlas toda una realidad, pero sin asegurar que sus respectivos reemplazos, o sea que el remedio no salga más caro que la "supuesta "enfermedad que iba a sanar, algo así como hechas "Al precio que sea", "total las prometí y yo cumplo mis promesas", etcétera.
¿Y después qué, se preguntarán muchos? "Mañana será otro día" frase final de Scarlett O'Hara, personaje central de "Lo que el viento se llevó".
"¿Crees que basta con decir lo siento? Y todo el pasado ¿Puede remediarse?" (Parlamento de Rett Butler, coprotagonista del mismo film a Scarlett O'Hara).
Luis Enrique Soler Milla
Alfabetización
Señor director:
Muchos gobiernos basan su poder en la explotación del pueblo por su ignorancia. No les entregan las armas necesarias para luchar por los derechos que les corresponde y que en este caso serían enseñarles a leer y a escribir, o sea alfabetizarlos.
Ante esta realidad, considero que nuestro país tendría que ser la excepción al citado pensamiento y que nuestros gobernantes y legisladores deben abordar el tema de la alfabetización seriamente. Al masificar la alfabetización, nos convertiríamos en "pioneros" sobre la materia. El fomento e incentivo a la lectura regalando libros, es una buena y loable iniciativa, pero de qué sirve si muchos no saben leer ni escribir. Capacitemos a nuestros adultos mayores y a los interesados en abordar el desafío de la alfabetización, tal vez sería una buena manera de insertarlos al plano laboral.
Así como estamos preocupados de ser un país bilingüe (que es bastante importante y necesario), preocupémonos también del analfabetismo para hacer de nuestro Chile un país más justo socialmente.
Jorge Valenzuela Araya