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teria y quien en 2009 fue reconocida por ser la única persona en Chile dedicada al estudio de los meteoritos.

"El Cráter Monturaqui es la única estructura confirmada generada por el impacto de un meteorito en Chile, y la principal evidencia de ello, fue encontrar rocas asociadas al impacto que se conocen como 'impactitas', que son brechas que contienen la roca de caja impactada (en este caso un granito) con vidrio y en el caso específico de las impactitas de Monturaqui, con esferas de hierro asociadas a la condensación del meteorito posterior al impacto, en gotitas que fueron introducidas en las brechas cuando aún no se solidificaban. Así se pudo clasificar el tipo de meteorito que impactó: un meteorito de hierro tipo IAB (con alto contenido en hierro)", dice Valenzuela.

Otro origen

Esto también ha permitido descartar otras estructuras con formas de cráter que tendrían un origen distinto a una causa espacial. Tal es el caso del llamado "Valle de Los Meteoritos", que se encuentra en las cercanías del poblado de Quillagua, el oasis que se emplaza a 208 kilómetros al norte de Antofagasta y a orillas del Río Loa.

Este Valle de Los Meteoritos se ha convertido en una atracción turística por la presencia de un grupo de cráteres, el cual el mayor alcanza los 300 metros de diámetro y que hace décadas se atribuían a estudios que afirmaban fueron originados tras una lluvia de meteoritos en la zona.

Sin embargo con el correr de los años la comunidad científica fue descartando evidencia respecto a su origen extraterrestre.

"Muchas estructuras correspondientes a cráteres circulares se confunden con estructuras de impacto, pero para que sea realmente producida por un impacto, los bordes del cráter deben haberse volcado hacia afuera del cráter, en vez de haber colapsado hacia el centro. Esto ocurre ya sea por el vaciamiento de un conducto volcánico, cuyo origen sería volcánico, o bien por el colapso debido a la disolución de la roca, como ocurre en el caso de cenotes o cuevas asociadas a este proceso, por la disolución de rocas carbonatadas, por ejemplo, los cráteres de Quillagua".

"A esto se debe sumar el que existan productos asociados a ese impacto, como brechas de impacto llamadas 'suevitas', 'impactitas', 'tectitas' o fragmentos del meteorito original o condensaciones del mismo (dado que por la alta energía del impacto, todo queda vaporizado)", explica la experta.

Por lo tanto, la doctora Valenzuela detalla que en este caso de Quillagua, "los cráteres corresponden a disoluciones de la roca de caja que corresponden a rocas sedimentarias con alto contenido de carbonato de calcio asociados a la cuenca del Río Loa. Se les llaman sinkholes (agujeros de hundimiento en inglés) y constituyen un tipo de morfología conocida como kárstica", descartando así que fuesen de impacto.

Además, añade que "no hay otros cráteres de impacto que se hayan descubierto en Chile a la fecha. Sólo los agujeros de hundimiento asociado a caídas de meteoritos que no impactaron a velocidad supersónica (menos de 343 metros por segundo), con lo cual no se destruyeron del todo, como lo son los cráteres asociados al meteorito Vaca Muerta y otro asociado al meteorito Imilac, ambos ubicados la Región de Antofagasta".

Conservación

Si bien los cráteres o agujeros de impacto entregan valiosa información para el estudio de la química y la geología, a diferencia de lo que ocurre con zonas arqueológicas, no existe normativa que asegure su conservación o protección.

"En el caso de Monturaqui, el cráter se encuentra en el territorio ancestral de la comunidad atacameña de Peine, por lo que la solicitud de protección debe emanar de ellos en conjunto con instituciones asociadas. Se realizaron conversaciones previas, pero la urgencia de la comunidad está en la protección de sus acuíferos de la extracción masiva que realizan mineras aledañas, por lo que no se ha avanzado más en la protección del cráter, aunque se deben retomar acciones de parte de las instituciones como la Sociedad Geológica de Chile, la Universidad Católica del Norte y otras", afirma Valenzuela.

"Actualmente no existe protección de estos lugares (cráteres). Se deben retomar acciones de parte de las instituciones"

Doctora Millarca Valenzuela, sobre la conservación de cráteres y agujeros de impacto.

vista satelital del cráter de monturaqui, cuyo diámetro supera los 30 metros.
el cráter de imilac, otro de los que se hallan en la región de antofagasta.
los cráteres del "valle meteoritos" de quillagua, los que tendrían origen terrestre.
la experta en meteoritos, la doctora millarca valenzuela.
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teria y quien en 2009 fue reconocida por ser la única persona en Chile dedicada al estudio de los meteoritos.

"El Cráter Monturaqui es la única estructura confirmada generada por el impacto de un meteorito en Chile, y la principal evidencia de ello, fue encontrar rocas asociadas al impacto que se conocen como 'impactitas', que son brechas que contienen la roca de caja impactada (en este caso un granito) con vidrio y en el caso específico de las impactitas de Monturaqui, con esferas de hierro asociadas a la condensación del meteorito posterior al impacto, en gotitas que fueron introducidas en las brechas cuando aún no se solidificaban. Así se pudo clasificar el tipo de meteorito que impactó: un meteorito de hierro tipo IAB (con alto contenido en hierro)", dice Valenzuela.

Otro origen

Esto también ha permitido descartar otras estructuras con formas de cráter que tendrían un origen distinto a una causa espacial. Tal es el caso del llamado "Valle de Los Meteoritos", que se encuentra en las cercanías del poblado de Quillagua, el oasis que se emplaza a 208 kilómetros al norte de Antofagasta y a orillas del Río Loa.

Este Valle de Los Meteoritos se ha convertido en una atracción turística por la presencia de un grupo de cráteres, el cual el mayor alcanza los 300 metros de diámetro y que hace décadas se atribuían a estudios que afirmaban fueron originados tras una lluvia de meteoritos en la zona.

Sin embargo con el correr de los años la comunidad científica fue descartando evidencia respecto a su origen extraterrestre.

"Muchas estructuras correspondientes a cráteres circulares se confunden con estructuras de impacto, pero para que sea realmente producida por un impacto, los bordes del cráter deben haberse volcado hacia afuera del cráter, en vez de haber colapsado hacia el centro. Esto ocurre ya sea por el vaciamiento de un conducto volcánico, cuyo origen sería volcánico, o bien por el colapso debido a la disolución de la roca, como ocurre en el caso de cenotes o cuevas asociadas a este proceso, por la disolución de rocas carbonatadas, por ejemplo, los cráteres de Quillagua".

"A esto se debe sumar el que existan productos asociados a ese impacto, como brechas de impacto llamadas 'suevitas', 'impactitas', 'tectitas' o fragmentos del meteorito original o condensaciones del mismo (dado que por la alta energía del impacto, todo queda vaporizado)", explica la experta.

Por lo tanto, la doctora Valenzuela detalla que en este caso de Quillagua, "los cráteres corresponden a disoluciones de la roca de caja que corresponden a rocas sedimentarias con alto contenido de carbonato de calcio asociados a la cuenca del Río Loa. Se les llaman sinkholes (agujeros de hundimiento en inglés) y constituyen un tipo de morfología conocida como kárstica", descartando así que fuesen de impacto.

Además, añade que "no hay otros cráteres de impacto que se hayan descubierto en Chile a la fecha. Sólo los agujeros de hundimiento asociado a caídas de meteoritos que no impactaron a velocidad supersónica (menos de 343 metros por segundo), con lo cual no se destruyeron del todo, como lo son los cráteres asociados al meteorito Vaca Muerta y otro asociado al meteorito Imilac, ambos ubicados la Región de Antofagasta".

Conservación

Si bien los cráteres o agujeros de impacto entregan valiosa información para el estudio de la química y la geología, a diferencia de lo que ocurre con zonas arqueológicas, no existe normativa que asegure su conservación o protección.

"En el caso de Monturaqui, el cráter se encuentra en el territorio ancestral de la comunidad atacameña de Peine, por lo que la solicitud de protección debe emanar de ellos en conjunto con instituciones asociadas. Se realizaron conversaciones previas, pero la urgencia de la comunidad está en la protección de sus acuíferos de la extracción masiva que realizan mineras aledañas, por lo que no se ha avanzado más en la protección del cráter, aunque se deben retomar acciones de parte de las instituciones como la Sociedad Geológica de Chile, la Universidad Católica del Norte y otras", afirma Valenzuela.

"Actualmente no existe protección de estos lugares (cráteres). Se deben retomar acciones de parte de las instituciones"

Doctora Millarca Valenzuela, sobre la conservación de cráteres y agujeros de impacto.

vista satelital del cráter de monturaqui, cuyo diámetro supera los 30 metros.
el cráter de imilac, otro de los que se hallan en la región de antofagasta.
los cráteres del "valle meteoritos" de quillagua, los que tendrían origen terrestre.
la experta en meteoritos, la doctora millarca valenzuela.
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teria y quien en 2009 fue reconocida por ser la única persona en Chile dedicada al estudio de los meteoritos.

"El Cráter Monturaqui es la única estructura confirmada generada por el impacto de un meteorito en Chile, y la principal evidencia de ello, fue encontrar rocas asociadas al impacto que se conocen como 'impactitas', que son brechas que contienen la roca de caja impactada (en este caso un granito) con vidrio y en el caso específico de las impactitas de Monturaqui, con esferas de hierro asociadas a la condensación del meteorito posterior al impacto, en gotitas que fueron introducidas en las brechas cuando aún no se solidificaban. Así se pudo clasificar el tipo de meteorito que impactó: un meteorito de hierro tipo IAB (con alto contenido en hierro)", dice Valenzuela.

Otro origen

Esto también ha permitido descartar otras estructuras con formas de cráter que tendrían un origen distinto a una causa espacial. Tal es el caso del llamado "Valle de Los Meteoritos", que se encuentra en las cercanías del poblado de Quillagua, el oasis que se emplaza a 208 kilómetros al norte de Antofagasta y a orillas del Río Loa.

Este Valle de Los Meteoritos se ha convertido en una atracción turística por la presencia de un grupo de cráteres, el cual el mayor alcanza los 300 metros de diámetro y que hace décadas se atribuían a estudios que afirmaban fueron originados tras una lluvia de meteoritos en la zona.

Sin embargo con el correr de los años la comunidad científica fue descartando evidencia respecto a su origen extraterrestre.

"Muchas estructuras correspondientes a cráteres circulares se confunden con estructuras de impacto, pero para que sea realmente producida por un impacto, los bordes del cráter deben haberse volcado hacia afuera del cráter, en vez de haber colapsado hacia el centro. Esto ocurre ya sea por el vaciamiento de un conducto volcánico, cuyo origen sería volcánico, o bien por el colapso debido a la disolución de la roca, como ocurre en el caso de cenotes o cuevas asociadas a este proceso, por la disolución de rocas carbonatadas, por ejemplo, los cráteres de Quillagua".

"A esto se debe sumar el que existan productos asociados a ese impacto, como brechas de impacto llamadas 'suevitas', 'impactitas', 'tectitas' o fragmentos del meteorito original o condensaciones del mismo (dado que por la alta energía del impacto, todo queda vaporizado)", explica la experta.

Por lo tanto, la doctora Valenzuela detalla que en este caso de Quillagua, "los cráteres corresponden a disoluciones de la roca de caja que corresponden a rocas sedimentarias con alto contenido de carbonato de calcio asociados a la cuenca del Río Loa. Se les llaman sinkholes (agujeros de hundimiento en inglés) y constituyen un tipo de morfología conocida como kárstica", descartando así que fuesen de impacto.

Además, añade que "no hay otros cráteres de impacto que se hayan descubierto en Chile a la fecha. Sólo los agujeros de hundimiento asociado a caídas de meteoritos que no impactaron a velocidad supersónica (menos de 343 metros por segundo), con lo cual no se destruyeron del todo, como lo son los cráteres asociados al meteorito Vaca Muerta y otro asociado al meteorito Imilac, ambos ubicados la Región de Antofagasta".

Conservación

Si bien los cráteres o agujeros de impacto entregan valiosa información para el estudio de la química y la geología, a diferencia de lo que ocurre con zonas arqueológicas, no existe normativa que asegure su conservación o protección.

"En el caso de Monturaqui, el cráter se encuentra en el territorio ancestral de la comunidad atacameña de Peine, por lo que la solicitud de protección debe emanar de ellos en conjunto con instituciones asociadas. Se realizaron conversaciones previas, pero la urgencia de la comunidad está en la protección de sus acuíferos de la extracción masiva que realizan mineras aledañas, por lo que no se ha avanzado más en la protección del cráter, aunque se deben retomar acciones de parte de las instituciones como la Sociedad Geológica de Chile, la Universidad Católica del Norte y otras", afirma Valenzuela.

"Actualmente no existe protección de estos lugares (cráteres). Se deben retomar acciones de parte de las instituciones"

Doctora Millarca Valenzuela, sobre la conservación de cráteres y agujeros de impacto.

vista satelital del cráter de monturaqui, cuyo diámetro supera los 30 metros.
el cráter de imilac, otro de los que se hallan en la región de antofagasta.
los cráteres del "valle meteoritos" de quillagua, los que tendrían origen terrestre.
la experta en meteoritos, la doctora millarca valenzuela.
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