Reflexión (2ª parte)
"Cuando el marido regresó del trabajo, al abrir la puerta notó algo distinto; el olor a comida, las velas en la mesa, su música favorita sonando suavemente y la nota en el sofá.
Cuando la mujer salió de la cocina con la fuente en la mano, lo encontró tirado en el sofá llorando como un niño. Dejó la fuente, corrió a abrazarlo y no necesitaron decirse nada, lloraron juntos, él la alzó en sus brazos y la llevó hasta la cama, hicieron el amor con la misma pasión del primer día. Luego comieron la exquisita comida que ella había preparado, rieron mucho mientras recordaban anécdotas graciosas de los niños haciendo travesuras en la casa.
Él la ayudó a levantar la mesa como siempre lo hacía, y mientras ella lavaba los platos, vio por la ventana de la cocina que en el jardín estaba el ángel. Salió llorando y le dijo:
Por favor ángel, intercede por mí. No quiero a este hombre solo en este día. Necesito un tiempo más para poder impulsarlo con sus cuadros, y tratar de reconstruir esas cartas que solo para mí y con tanto amor había escrito. Te prometo que en poco tiempo, él estará feliz, seguro; y ahí sí, podré ir donde me lleves.
El ángel le contestó: No tengo que llevarte a ningún lugar, mujer. Ya estás en el cielo, te lo has ganado. Recuerda el infierno donde has vivido y nunca olvides que el cielo siempre está al alcance de tu mano.
La mujer oyó la voz de su marido que desde la cocina le gritaba: Mi amor, hace frío, ven a acostarte, mañana será otro día.
Sí -pensó ella-, gracias a Dios, mañana será otro día...
Para meditar:
- Usted, que reclama lo que no recibe, ¿ya pensó en lo que no da?
- Usted, que se lamenta porque sufre, ¿ya pensó en cuánto hace sufrir?
- Usted, que acusa a la ignorancia, ¿ya evaluó sus conocimientos?
- Usted, que condena el error, ¿ya percibió cuánto erró?
- Usted, que se dice amigo sincero, ¿ya se analizó con sinceridad?
- Usted, que se queja de penurias, ¿ya vio cuánto posee más que los otros?
- Usted, que critica el mundo, ¿ya hizo algo para mejorarlo?
- Usted, que sueña con el cielo, ¿se sentiría orgulloso de parecer humilde?
- Usted, que deplora la indiferencia, ¿ha sembrado el amor?
- Usted, que se aflige con la pobreza, ¿ha usado bien sus riquezas?
- Usted, a quien le duelen las espinas, ¿ha cultivado rosas?
- Usted, que tanto lamenta las tinieblas, ¿ha esparcido la luz?
- Usted, que se ocupa de sí mismo, ¿se ha ocupado de los demás?
- Usted, que se siente pequeñito, ¿ha procurado crecer?
- Usted, que se queja de soledad, ¿ha brindado su compañía a un amigo?
- Usted, que se asusta ante la enfermedad. ¿qué ha hecho por su salud?
- Usted, que anhela la concordia, ¿ha combatido la discordia?"
(Recopilación anónima)
Myriam Richards Madariaga