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Los molestos conos de plástico que usan os perros en el cuello para evitar que se muerdan o rasquen sus heridas o suturas parecen molestar tanto a las mascotas, que ya algunos expertos, amantes de los animales, están buscando y diseñando algunas alternativas.
"No estaba feliz. No podía comer con él, no podía jugar con él, no podía moverse en él", dijo Brooke Yoder de Millesburg, Ohio, de su perra Marley, una maltés-shih tzu que traía un collar para proteger sus suturas después de ser esterilizada.
Los primeros conos fueron hechos a mano por el vendedor farmacéutico Edward J. Schilling a principios de la década de los 1960, y siguen siendo el protector de heridas o suturas más vendido, dijo Ken Bowman, presidente del fabricante de conos KVP International, con sede en Chino, California, EE.UU..
Sin embargo, su compañía y otros intentan hacer algo mejor. KVP hace 14 estilos de cono, incluidos dos inflables y dos suaves. Tiene tamaños tan chiquitos como para ratones y tan grandes como para mastines. La compañía investiga si el cono actúa como amplificador, probablemente lastimando los oídos del animal, o si la pérdida de visión causa estrés.
Una alternativa viene de Stephanie Syberg de St. Peters, Missouri, fundadora y presidenta de Cover Me by Tui, que hace prendas postquirúrgicas para perros.
Su prenda de una pieza fue probada en 200 perros. "Los veterinarios ven un efecto calmante", dijo. "La tela respira, así que ayuda a la curación".
Desde momentos, muchos se han hechos clientes frecuentes de esa prenda.