Cartas
Donación de órganos
Cerca de 11 años han pasado desde que me comentaron que debía recibir un trasplante de riñón-páncreas o entrar a diálisis para continuar viviendo. De golpe me vi enfrentada a una realidad que durante toda mi vida había sido lejana a mí, era donante pero no tenía mucha información de cómo funcionaba el sistema.
La realidad actual no ha variado mucho en estos últimos años, continúan apareciendo casos en televisión de personas que necesitan ser trasplantados, pero la verdad es que hay más de mil personas en la lista de espera nacional y los donantes no han aumentado. Desde esta perspectiva, se podría decir que haber esperado solo dos años en diálisis para ser trasplantada y tener una vida normal gracias a esto, es un gran privilegio.
Si todos podemos llegar a necesitar un trasplante el día de mañana, ¿por qué continúa siendo una problemática secundaria en el país? ¿Por qué no es algo relevante para conversar en familia, grupos de amigos y sobre todo para ser abordado en el ámbito educacional?
A pesar del cambio en la ley de donación de órganos y de las campañas publicitarias, continúan existiendo creencias erróneas en torno a esta temática y negativa familiar.