Casas del centro viven con dos ríos en sus calles
En dos pasajes de calle Condell el agua continúa aposada desde la noche de las lluvias, llenando la calzada y pudriéndose lentamente.
Cristian Castro - La Estrella de Antofagasta
Ya se han cumplido cinco días desde que fuertes precipitaciones afectaran la madrugada del sábado a la ciudad, y las consecuencias que dejó este inquietante fenómeno climático en la zona aún son perceptibles en varios puntos de la comuna.
Pero tal vez uno de los mas evidentes y desagradables ocurre en pleno centro de Antofagasta, esto porque en calle Condell, entre 21 de mayo y Copiapó existen dos pequeños pasajes (Maximiliano Poblete y Juan López) los cuales, y debido a su geografía de piso, aún estaban hasta ayer completamente inundados.
Molestias
Estos 'riachuelos' estancados que están aposados en ambos pasajes evidentemente no han sido vistos como una bendición por los habitantes del sector.
"El problema es que el agua se está pudriendo y eso lleva a que una multitud de mosquitos y otros bichos proliferen en este pasaje. Eso nos tiene preocupados porque existe un jardín infantil y hay niños que se pueden enfermar, y lo otro es que la mayoría de los que vivimos aquí somos adultos mayores", cuenta el vecino del pasaje Maximiliano Poblete, Fulvio Illanes.
Su misma molestia la comparte también los vecinos del pasaje aledaño, Juan López, quienes manifiestan que no es la primera vez que ocurre eso, ya que el año pasado también se aposó el agua y tuvieron que sacarla con palas.
"Estas calles deberían tener canaletas o estar construidas para cuando llueva, porque de lo contrario ocurren eventos como estos. La gente no puede cruzar en tres simples pasos de una vereda a la otra, sino que tiene que darse la vuelta completa para recién pasar, pues si pisas la huella, el agua te llegará hasta los tobillos", dice el vecino Ramón Rojo.
Hasta ayer, los vecinos del pasaje Maximiliano Poblete tenían evaluado abrir durante la tarde una canaleta en calle Condell para sacar el agua hasta ese lugar y librar de una vez a su sector del apestoso río.
Por su parte, quienes viven en el pasaje Juan López dicen estar molestos de que las autoridades no se tomen la molestia de ofrecerles algún tipo de solución.
"Esperamos algún gesto de las autoridades. Ahora el agua está aposada en toda la huella, pero el día de la lluvia entró a nuestras casas", dice Barbara Álvarez, quien cuenta que el olor nauseabundo que está produciendo el estancamiento de esa agua está colmando la paciencia de todos.