¿De dónde apareció tanto perro vago en María Elena?
Muchos pampinos andan asustados por las noches cuando aparecen intimidantes jaurías. A la posta pasan llegando mordidos, mientras que el municipio instala chips y esteriliza a los canes para controlar la población: se cree que hay un perro por cada dos personas.
A las tres de la tarde casi no se ve un alma en María Elena. Hace tanto calor a esa hora, que encontrar algún valiente que se atreva a pasear por las calles con el sol encima es difícil. Los únicos que sí se ven, bajo la sombra de algún auto o un árbol, es uno que otro perro descansando. Apenas baja el sol, vuelve la vida al campamento, sale la gente… y también los perros. En la plaza, en el mercado o en las esquinas, los canes aparecen por decenas.
Llegó un momento en que aparecieron tantos que se transformó en un problema. Durante la noche, o en las mañanas cuando la gente va a trabajar o dejar a sus niños al colegio, muchos perros ladran, arrinconan y muerden. En el último año, en la posta ya se han puesto 119 vacunas antirrábicas a eleninos que llegan con los colmillos marcados y que deben ponerse cinco inyecciones. "En enero y febrero de este año nos quedamos sin stock porque hubieron demasiadas mordeduras de perro", cuenta Camila Gómez, enfermera de la posta.
Según la profesional, lo más grave que ha llegado en el último año es el caso de una señora que fue atacada por tres perros que la mordieron en el glúteo y la pierna.
"En la noche no puedes andar mucho porque los perros se te tiran igual. No de a uno, sino de a cinco, seis", dice Darwin Carmona, encargado de adquisiciones y finanzas de Salud en la comuna, quien cree que desde hace unos cinco años empezó a descontrolarse la cosa. "A mí me mordieron tres perros juntos hace como siete años atrás. Se me tiraron, si no es por una colega que trabaja con nosotros, me comen los perros", dice. La falta de alimentos, dice, hace más terrible la situación para los animales.
¿De dónde salieron tantos? El veterinario Cristóbal Jujihara dice que la alta población de perros vagos en una comuna tan pequeña es pura irresponsabilidad de la gente. "Lo que pasa es que en María Elena es un pueblo donde rota mucha cantidad de gente. Adquiere un perro y después se va y deja el perro en la calle", dice. El concejal Wilfredo Vilches tiene otra teoría: cuando hubieron despidos en las faenas mineras, se fue mucha gente de la pampa y quedaron los animales botados.
Ahora, cuántos son
Si bien existe un programa de esterilización y castración gratuita para los animales de la comuna, el otro problema es que no se sabe exactamente cuántos perros hay. Unos dicen que mil, otros 1.500 y el alcalde, Omar Norambuena, cree que llegaron a existir 2 mil canes. En otras palabras, si calculamos que en María Elena hay cerca de 4 mil personas, habría un perro por cada dos personas.
"Es importante entregar la educación necesaria a todas las familias porque es un tema que nace en la casa, y si no tenemos claridad respecto a esta situación, de cómo empoderarnos para hacer bien las cosas, obviamente tenemos esa dificultad como comunidad que tiene que ver con los perros vagos", señala el alcalde Norambuena.
Desde la semana pasada, funcionarios municipales comenzaron a instalar chips en los perros, como una forma de monitorear la población. Con el financiamiento de Antucoya y la Corporación Simón de Cirene se compraron 2.000 chips. Hasta ahora, se han instalado 95 entre las escápulas de los animales. En el mismo departamento, frente a la Iglesia de María Elena, también esterilizan entre tres a cuatro perros diarios.
-¿Hay un plazo de cuándo podría "chipearse" a todos los perros de la comuna? - pregunta "La Estrella" al veterinario Cristóbal Jujihara.
-Difícil pregunta, terminar de "chipear" a todos los perros yo creo que de aquí a fin del otro año más o menos, y yo creo que falta, va a faltar todavía porque siempre hay perros nuevos.