Matemática que se aprende moviendo el cuerpo
El ingeniero Mauricio Panesso, es uno de los impulsores de una iniciativa que busca reforzar conocimientos matemáticos a través de juegos y dinámicas.
Mauricio Panesso llegó hace poco más de un año hasta Antofagasta, proveniente de Bogotá. El joven colombiano es ingeniero industrial y matemático, conocimientos que hoy lo mantienen a la cabeza de un proyecto en el que trabaja con niños, el cual lleva el nombre: "Matemática en Movimiento".
Según explica Panesso, esta idea se origina en la "Biodanza", una iniciativa creada en Chile que busca a través del trabajo en grupo vivir experiencias integradoras a través del baile, la música, del movimiento del cuerpo o el canto.
El oriundo de Colombia comenta que la idea fue mezclar estos dos conceptos, la lógica matemática con toda la parte afectiva de la biodanza.
Panesso dice que esto surgió cuando quiso juntar sus dos pasiones y como una forma de reinventarse tras varios años de dedicarse a la ingeniería. Dichos conocimientos los quiso mezclar con la biodanza, actividad que tras conocerla le encantó. El último pasado fue usar ambas iniciativas para la educación.
Según explica el matemático, esta propuesta busca facilitar el entendimiento de la matemática, a través del movimiento humano y el encuentro en grupos. La idea es lograr una mejor comprensión del aprendizaje, a través de las propias experiencias de los niños en cada sesión, cuyas edades varían en grupos desde los seis a los 11 años y entre los 12 a 16.
"El cerebro está dividido en tres partes. Una es la del neo córtex en donde aprendes el entendimiento lógico. Otra es la del hipotálamo que se enfoca en las emociones y otra parte que es la motora. Entonces, lo que yo busco es integrar las tres partes en el aprendizaje. Otros autores hablan que entre más vivencias corporales se tengan es mucho más fácil recordarlas y no tanto desde la memoria", añade.
En la práctica las sesiones, que los chicos viven dos veces a la semana en una sede ubicada en calle Avenida Argentina, se dividen en dos partes: una activante y otra de reposo.
"La primera parte es la activante, en donde se preparan juegos para que zona motora se despierte, donde se aprende lógica matemática, diferenciación de cantidades, ubicación espacial, todo a través del juego", explica Mauricio.
Además, añade que en la segunda parte, la de reposo, los chicos también aprenden matemática pero esta vez a través de la creatividad, como construcciones geométricas.
Panesso destaca además la importancia de realizar este tipo de actividad a través de una dinámica de grupo: "Lo que pasa es que la matemática tiene una connotación fuerte como la memoria y desde ahí el miedo. Te preguntan la operación matemática y quedas frío si no la sabe. Como aquí es un grupo, el que sabe puede responder y el que no se 'puede pegar' del que sí sabe para ir aprendiendo. El grupo es un potenciador, todos tienen la oportunidad de saber".
Desde abril que Mauricio puso en marcha este proyecto en Antofagasta. Actualmente, trabajan cada semana en dos escuelas del sector norte, además de sesiones que son abiertas a la comunidad, tanto para los que gustan o no de la matemática o bien, la propuesta afectiva de la biodanza.
Si bien las clases cocluyeron, en enero continuarán con un taller de verano y en marzo retomarán las sesiones regulares.