No tiene la implementación ni las condiciones de los balnearios más populares de la ciudad, pero para los vecinos de Playa Blanca es la que tradicionalmente han visitado por años: Playa Blanca.
Esta playa no sólo es la preferida de los vecinos del sector por su arena blanca -que le dio el nombre al sector-, sino también para los carretes nocturnos y encuentros de entretención que tienen como protagonista el cigarrillo y el alcohol.
Por lo mismo esta playa ya no tiene las condiciones de antaño y está expuesta a la contaminación por las basuras de estos "carretes". Además, ya no es de fácil acceso como antes por el progreso que ha existido a su alrededor que favoreció algunos y perjudicó principalmente a los vecinos del sector.
Esto motivó a un grupo de jóvenes de Playa Blanca a promover su limpieza hace cinco años. El domingo pasado realizaron la quinta jornada de limpieza, en la que participaron unas ochenta personas entre niños, jóvenes y adultos, todos vecinos del sector y zonas aledañas.
La iniciativa también contó con el apoyo de Tasui Norte en la limpieza, de Aguas Antofagasta con puntos de hidratación y la Municipalidad de Antofagasta con puntos de sombra, un camión para el retiro de las basuras y colaboración de los candidatos a reyes de la ciudad.
En total se retiraron cinco toneladas de basuras que dejaron en óptimas condiciones la playa para ser disfrutada por los por los vecinos del sector y de la comunidad en general.
Ruta
Sebastián Torres, miembro de la directiva y gestor de esta iniciativa, explicó que en esta jornada se colocó la primera señalética rústica y luego continuarán con diversos hitos para crear la ruta costera del sector Playa Blanca, que abarcará desde el Balneario Municipal hasta el sector de la Capilla Militar.
"Queremos señalizar todas las playas y pozas del sector para que las personas conozcan su historia, su nombre, su biodiversidad y sepan qué pueden o no pueden hacer en esta ruta costera", precisó.
Esto, además, acompañado de una iniciativa para cuidar la biodiversidad del borde costero del sector con el apoyo de profesionales de las universidades Católica del Norte y de Antofagasta, y de la junta de vecinos.
Esta playa no sólo es especial para los vecinos de antaño, sino también por su rica biodiversidad. A este lugar llegan aves migratorias y la presencia del piure sustenta una cadena ecológica, que se ha visto perjudicada por la contaminación.
Por eso la iniciativa desde sus inicios está pensada en cuidar el medio ambiente, rescatar el borde costero e involucrar a los habitantes del sector en esta causa.