En Paposo y Llullaillaco descubren 28 nuevas especies de insectos y arácnidos
Invertebrados que no han sido descritas en ningún lugar del mundo aparecieron en la región. Ahora, las investigarán.
"Como somos fanáticos de los artrópodos, imagínate qué significa para nosotros encontrar cosas así", dice Jaime Pizarro-Araya, académico e investigador de la Universidad de La Serena, uno de los expertos que fue parte del primer Inventario de Biodiversidad ejecutado por el Instituto Forestal (INFOR) y que en las áreas protegidas de nuestra región encontraron algo increíble: 28 nuevas especies de insectos y arácnidos. Con nuevas nos referimos a que no habían sido descritas en ningún lugar del mundo.
La primera parte de esta recolección de datos -enmarcada en el Sistema Integrado de Monitoreo de Ecosistemas Forestales, SINEF- se realizó entre las regiones de Arica y Parinacota y Coquimbo, para luego seguir entre Valparaíso y el Maule. En 2019 se trabajará en Magallanes, pero estos insectos y arácnidos nuevos (artrópodos) aparecieron en el Parque Nacional Llullaillaco y en el Monumento Natural Paposo Norte.
Los investigadores de la ULS, junto a expertos del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) fueron los que encontraron estos animales. "El 95% de la fauna de invertebrados terrestres única y solamente se da acá, con distribuciones ultra particulares", cuenta Pizarro-Araya. Si bien en abril de 2017 fueron por primera vez a analizar el lugar, cuando volvieron en marzo de 2018 se encontraron con cosas distintas. "Nos quiere decir que la fauna de altura no es lo mismo de un mes a otro (…) Los recursos deben ser tan limitados o las condiciones tan extremas que la fauna cambia".
Para Gerardo Vergara, investigador de la sede Valdivia del Instituto Forestal, el Parque Nacional Llullaillaco es como una pequeña isla biogeográfica muy particular. "Por un lado está bastante protegida (el área), está muy aislada de la influencia humana y eso en algún sentido la protege. Muy pocas personas han hecho trabajos ahí en el tema botánico", dice.
Donde se va
¿Qué pasará ahora con las nuevas especies? Lo primero es cumplir con una serie de protocolos. Por ejemplo, conseguir varios individuos de una especie en particular para poder realizar la descripción. En la ULS se han realizado dos papers, dice Vergara, y la idea es seguir trabajando para realizar estas descripciones y recolectar más información de lo que se está encontrando.
Sin embargo, de acuerdo a Gerardo Vergara, estos animales se adaptan a condiciones muy particulares de temperatura, humedad y altitud. "Entonces sus adaptaciones han evolucionado para este tipo de condiciones, no son especies generalistas que vamos a encontrar en cualquier lugar, sino que la vamos a encontrar en condiciones de nicho"
Las muestras halladas se guardan y se estudian en laboratorio. Sin embargo, los tipos primarios quedan depositados en el Museo Nacional de Historia Natural y algunos en lugares como la misma Universidad de La Serena, en la Universidad de Concepción o en la Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN), para preservarla en colecciones académicas.
Mejorar conservación
En tanto, el seremi de Medio Ambiente (s), Roberto Villablanca, señaló que el proyecto del SIMEF contribuye para ir mejorando el proceso de actualización de la estrategia regional de biodiversidad.
"Los esfuerzos de muestreo para estos componentes de la biota han sido menores en el pasado y ahora se están intensificando. A medida que vayamos investigando, más vamos aumentando el número de especies nuevas, vamos conociendo mejor nuestros ecosistemas y eso enriquece las políticas, la toma de decisión para planificar la conservación", dijo la autoridad regional.