QUETENA: LOS OTROS DAMNIFICADOS
En una profunda quebrada, muy cerca de Calama pero oculta de la vista de la ciudad, está la quebrada de Quetena, donde cientos de personas viven en una extensa toma. El agua tapó la animita del niño Mateo Riquelme, asesinado en 2014, arrasó algunas viviendas y mandó al albergue municipal a varios de sus vecinos.
Dagoberto Soto (33), dice que sintió el sonido de las piedras, de madrugada. Fue el primer indicio de lo que vendría. "Me quedé con lo puesto", dice. El agua dañó ropa, cama, cocina, cama, la tele. "Como a las cuatro de la mañana tuve que salir arrancando, me fui a emergencias y ahí me dijeron que había un albergue".
En el albergue del Liceo Jorge Alessandri Rodríguez, Alejandro López (21) termina de almorzar. El agua no se llevó la casa pero sí dejó un desastre. "Ahora no sabemos cómo hacerlo porque mi casa quedó llena de barro", cuenta. Junto a su mamá, quien también está en el albergue, están viendo qué hacer.
Dagoberto, por otro lado, dice que requiere materiales de construcción como ayuda, para poder empezar de nuevo. Quizás ya no en Quetena, donde lo poco que tenía quedó bajo el agua. "Hay gente que lleva 30 años viviendo aquí y no había pasado nunca esto. Hay que tratar de seguir luchando", reflexiona el hombre, después de comer un plátano que le dieron como postre en el albergue municipal de Calama.