Votar y Botar: la responsabilidad de los chilenos

Señor director:

El sentido cívico de los chilenos está a prueba, esto debido a la evidente baja participación de los ciudadanos en las votaciones. Lo anterior no solo pone en duda el procedimiento, sino también pone en duda la representatividad de presidentes, senadores, diputados, alcaldes, concejales, intendentes y gobernadores elegidos por nosotros.

Según los datos entregados por la última encuesta CEP, los políticos obtuvieron su peor evaluación, de hecho, la aprobación del Gobierno llegó a un histórico 6%. Esto se puede explicar, en parte, por el sistema de inscripción automática y voto voluntario, con el que la participación ciudadana ha llegado a sus números más bajos. Al parecer quienes pueden ejercer el voto, no tienen claridad de la importancia que esto tiene.

En una democracia las mayorías son las que deciden. Pero en la actualidad, ¿cuál mayoría es la que elige? Los votantes tenemos que tomar conciencia que somos nosotros los que votamos y botamos a nuestros representantes y, de cierta forma, somos los empleadores de los políticos, pagamos sus sueldos, los contratamos y también los despedimos. Sin un cambio en el compromiso de los chilenos con las votaciones es muy difícil que la evaluación de los políticos mejore. Este año es muy importante, no solo se hará el plebiscito de abril, que decidirá el futuro de la Constitución, también es año electoral para las municipalidades. Es un momento crucial para lograr la educación cívica que nos hace falta como país.

Juan Carlos Hayes

¿Chile despertó?

Señor director:

No deja de sorprender la elocuencia con la que diferentes grupos violentistas romantizan sus acciones, a la vez que profesan igualdad, fraternidad, empatía e inclusión. El pueblo tendiendo la mano al mismo pueblo para salir adelante juntos. Vaya burbuja.

Vivimos en tiempos de relatividad moral profunda. Donde llevar un cartel que aboga por los derechos de los adultos mayores va de la mano con destruir sus barrios, donde romper las veredas donde se desplazan ciegos y discapacitados significa mayor inclusión. Un país donde sabotear la PSU es la máxima expresión de conciencia social y solidaridad. Es difícil creer que varios de los problemas que existían antes de la crisis se han solucionado. Por el contrario, parecen aumentar. En este contexto vale la pena preguntarse si Chile despertó o si, por el contrario, está más dormido que nunca.

Bárbara Haas