"Ganar la Libertadores con Cobreloa hubiese sido lo más maravilloso"
Eduardo "Mocho" Gómez, un símbolo loíno, que vistió la "Roja" pero que sufrió con las lesiones.
Redacción - La Estrella
Fue un referente en el Cobreloa de los años ochenta y pieza clave en la defensa de la selección nacional. Sin embargo las constantes lesiones le impidieron a Eduardo "Mocho" Gómez llegar más lejos y ser, porque no, tan exitoso como el mismo Elías Figueroa.
El central, oriundo de la población Villacón de Ovalle, integra una familia de grandes jugadores, como su hermano Rubén "el Nene" Gómez, y Omar, que si bien no tuvo tanta relevancia también fue un caudillo en el mediocampo de los "Zorros del Desierto".
El "Mocho" era un central elegante, que salía jugando en lugar de reventar la pelota. Tenía muy buena lectura para anticipar cada jugada, y esa fiereza que mostraba en los cruces lo llevó a disputar dos finales de Copa Libertadores con los loínos y ser vicecampeón de América con la "Roja" en la Copa de Argentina en 1987, donde en la final se perdió con Uruguay.
También Gómez disputó los procesos eliminatorios rumbo a los Mundiales de México 86 e Italia 90, pero lamentablemente no pudo con Chile llegar a jugar una Copa del Mundo, su sueño frustrado.
Humildad
El ex "Zorro", que también tuvo un paso por Universidad de Chile, habló con Emol sobre su carrera, sus inicios, éxitos, y su adiós de las canchas.
"Mi papá era ferroviario y no tenía tan mal sueldo, pero éramos once hermanos. Mi madre costureaba también y había otra entrada. Cuando éramos chicos, fue difícil, pero teníamos unos papás que eran muy trabajadores, ellos querían que sus hijos lucharan, que perseveraran", cuenta el limarino, quien todas las tardes al llegar del colegio partía corriendo tras una pelota de trapo.
Un día su hermana lo llevó a cortarse el pelo y pidió que lo dejaran "Mocho mocho", pero al peluquero se le pasó la mano y quedó casi pelado, de ahí nació su apodo que lo acompaña hasta ahora en su vida.
Inicios
Poco a poco Gómez empezó a sentir una pasión mayor por el fútbol y tomó este camino para ayudar a su familia. Pese a descender con su amado Ovalle, su buen nivel lo llevó a que Cobreloa pusiera los ojos en este "flaco" zaguero. Su hermano Rubén, que ya jugaba en Calama, lo recomendó.
Llegó como un proyecto que como un futbolista de impacto inmediato. No gozó de muchos minutos con Andrés Prieto en el banco, pero con el arribo de Vicente Cantatore todo cambió. "Me dijo que me mandaría a préstamo a Arica y que el otro año volvía al plantel, porque no me conocía", dijo.
Fue en la "Ciudad de la Eterna Primavera" donde creció como futbolista y tras un año Cantatore lo pidió para Cobreloa. Un año le tomó ser titular, y tras una lesión de Eduardo Jiménez, formó una dupla de hierro con Mario Soto en 1982 y desde ahí nadie más lo sacó.
Cobreloa
Cobreloa ganó el certamen de 1982 y deslumbraba en el continente. "Culminar todo lo grande y lo lindo que se hizo en esos años con la obtención de una Libertadores hubiese sido maravilloso. Era un partido (con Peñarol) para terminar en empate. Nosotros pecamos un poco de inocentes, era muy difícil entrarle a los uruguayos. Si bien no dejábamos de perseverar en ir a buscarlo, ellos ya tenían mucha confianza en su trabajo defensivo y tenían grandes jugadores arriba. Nos descuidamos y un contragolpe fue fatal", recuerda el "Mocho".
En 1985 consiguió un nuevo título nacional y lo escogieron como el jugador del campeonato. Asegura que hubo una chance para partir a Estudiantes de La Plata pero no fructiferó. También existió la posibilidad de jugar en Europa, pero Cobreloa no quiso liberarlo.
El "Mocho" sumó otra estrella con Cobreloa en 1988, pero el físico le comenzó a pasar la cuenta. Le tuvieron que armar la rodilla de nuevo y luego sufrió la rotura del tendón de Aquiles.
Para empeorar aún más la situación, los dirigentes del elenco minero le dijeron que no lo necesitaban más, y allí vino el adiós de Calama.
En 1991 la "U" le abrió las puertas, pero otra vez las lesiones lo mataron. "Hice la mejor pretemporada, porque venía la Copa América y quería pelear la posibilidad de estar ahí. Al final terminé retirándome ese año. Tratamos de ponernos a la altura, pero lamentablemente tuve otras lesiones y preferí finiquitar el contrato".
10 años estuvo el "Mocho" en Cobreloa, desde 1979 hasta 1990. En 1980 jugó en Arica.
1987 disputó la final de la Copa América ante Uruguay, a los 15' fue expulsado.
2002 Ese año el central dejó el fútbol profesional defendiendo a su querido Deportes Ovalle.

