Cómo es la vida trabajando un año junto a una comunidad
Todos los años, el Servicio País convoca a jóvenes profesionales dispuestos a instalarse en un punto de Chile junto a una comunidad para apoyarla en su área. Desde Paposo, una antropóloga y un ingeniero cuentan su labor en la caleta. Mañana finalizan las postulaciones en el sitio web serviciopais.cl.
Hace varios meses que la antropóloga Luna Alveal y el ingeniero Guillermo Quezada están trabajando junto a los vecinos de Paposo, en la comuna de Taltal. Ella es de San Bernardo y él, de Antofagasta. Ambos postularon al Servicio País, programa que dirige la Fundación para la Superación de la Pobreza, y fueron destinados a esa caleta ubicada a unos 200 kilómetros de Antofagasta.
La pega de Luna y Guillermo es apoyar a las comunidades e impulsar procesos de desarrollo local. Por ejemplo, levantando proyectos con los pescadores, haciendo clases, o apoyando en el proceso que culminó hace poco con el reconocimiento oficial al pueblo originario chango. "Tratamos de solucionar los problemas que la comunidad tenga, ya sea desde cosas tan simples como si los vecinos no pueden sacar su 10%, apoyamos en eso. O a generar mesas de trabajo, o levantar proyectos", cuenta el joven profesional.
Además de la colaboración con el entorno, el proceso es enriquecedor en lo personal. La antropóloga explica que si bien vivir el aislamiento de Paposo es fuerte comparado con la vida urbana, la experiencia de estar junto al mar es especial. "La mar te enseña mucho, de los ciclos lunares que están relacionados al mar, a aprender de los pescadores, la cultura changa, de sus formas de vida. Todo está relacionado a la mar, ha sido súper interesante y lleno de aprendizaje".
Cada año, el Servicio País busca jóvenes profesionales para apoyar durante un año en cien comunas a lo largo de todo Chile. La convocatoria 2020 finaliza mañana. "Necesitamos profesionales muy vocacionales", explica el director regional del Servicio, Carlos Colihuechún. "Ese profesional tiene que dedicarse a vivir y trabajar con esa comunidad 24/7, tiene la orientación de estar a disposición de la comunidad", dice.
Además de Paposo, hay un equipo de profesionales que trabaja en proyectos relacionados con el área de la salud o arquitectura en otros puntos. En Ollagüe; abordando temáticas de fomento productivo en la agricultura de San Pedro de Atacama, entre otros en Tocopilla y Antofagasta.
Apoyo en pandemia
La pandemia resultó un desafío. Colihuechún cuenta que tuvieron que reconvertir la forma de trabajo con las comunidades, digitalizando algunos procesos. Ahora, se están perfilando en el proceso de reactivación económica tras la crisis que ha dejado el virus. "Hay muchos emprendimientos que han caído y ahora el desafío que tenemos es levantarlo. Estamos en esa etapa de análisis y de planificación de los planes de trabajo para la reactivación (…) el hecho de estar distante de capitales comunales, hace que estas comunidades suelen quedarse un poco más atrás en el proceso de activación", dice.
Como ejemplo, el director regional plantea que muchas familias desconocen los beneficios que tienen ya sea por los problemas de conexión a internet, lenguaje técnico o focalización del Registro Social de Hogares. "Con nuestros profesionales instalados viviendo ahí, han podido gestionar esto", indica Colihuechún.
Si bien tanto Luna Alveal como Guillermo Quezada terminarán en unos meses su vida en Paposo, el trabajo no se detiene, porque generalmente los procesos de intervención duran varios años, al menos entre cuatro a seis. Ahí se van incorporando profesionales de distintas áreas. Desde la caleta, Alveal rescata que hay que tener ganas e intenciones de acercarse a la comunidad. "Tienes que ser súper autónomo y motivado para llevar tu trabajo a cabo. Uno aprende mucho más de lo que ya sabía".
12 mil personas participan anualmente en el programa; 414 organizaciones y se hacen 270 iniciativas.
27% de las iniciativas tuvieron que ver con proyectos como acceso al agua potable o infraestructura, entre otros.