Infectólogo de la UA: "Esta nueva hepatitis tiene una transmisión muy similar al SARS-CoV-2"
El doctor Francisco Salvador analiza lo que se sabe de esta enfermedad de origen desconocido que está afectando a niños en varios países y que mantiene en alerta a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se han barajado varias teorías, pero hasta ahora o hay una certeza cien por ciento que explique la aparición de casos de hepatitis desconocida en niños de distintos países, lo cual mantiene en alerta a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lo que se sabe hasta ahora es que podría deberse a la acción del adenovirus F41, un patógeno común que son los que frecuentemente causan enfermedades respiratorias como la faringitis, y si bien todavía se estudia alguna relación con el SARS-CoV-2 -causante de la enfermedad Covid-19- al parecer los casos se estarían transmitiendo de una manera similar a la del coronavirus.
Al menos así lo analiza el infectólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta (HCUA) y también de esa casa de estudios superiores, Francisco Salvador, quien explica cómo se ha comportado esta enfermedad de la que en Chile aún no se han reportado casos.
¿Por qué esta hepatitis se considera de causa desconocida?
La hepatitis es una inflamación del hígado y unas de sus principales causas es el contagio de tipo viral en la población pediátrica. Los virus de la hepatitis se clasifican por letras, desde la A hasta la E. La A es de transmisión fecal-oral y puede generar cuadros de insuficiencia hepática como se ha descrito en los casos conocidos últimamente, por eso es recomendable la vacunación de los más pequeños contra la hepatitis A.
Otros virus que pueden provocar hepatitis son el Citomegalovirus y el Epstein Barr. Ahora, en los pacientes que desarrollaron esta hepatitis de origen desconocido se buscaron todos estos virus, además del SARS- CoV-2, y lo único que se encontró es un tipo de adenovirus.
¿Cuál es su teoría sobre el origen de esta hepatitis?
El origen está en estudio. Pero posiblemente se generó una mutación en un adenovirus, que aprovechó la inmunodepresión transitoria que afecta a los contagiados de SARS-CoV-2. Por eso consideramos que afecta principalmente a los niños no vacunados, de lo cual se desprende que la vacunación contra el SARS-CoV-2, sería protectora de esta enfermedad.
¿Cómo se relaciona esta enfermedad con el SARS-CoV-2?
Hay un estudio previo que asocia el contagio con Covid-19 de los padres en un niño de 10 meses que no generó esa enfermedad, pero sí la hepatitis. Y a partir de ese caso se infiere que es posible que la población pediátrica, que tiene menor cantidad de receptores ACE2 (que es el que interactúa con la proteína Spike del coronavirus), no desarrolle el Covid-19, pero exista una interacción que de algún modo deje abierta la puerta para una infección por adenovirus y el posterior desarrollo de la hepatitis.
¿Cómo se transmite esta hepatitis infantil y cuál es su gravedad?
Esta hepatitis aparentemente tendría una transmisión de persona a persona por gotitas o por las manos, lo que hace muy susceptibles a los niños, que cumplen menos con el lavado de manos y el uso adecuado de las mascarillas.
En ese sentido, esta hepatitis tiene una manera muy similar de transmisión que el SARS CoV-2.
Pese a que tiene una baja incidencia y aún está en estudio, los pacientes que desarrollan la hepatitis, o inflamación del hígado, pueden sufrir insuficiencia hepática, es decir, deja de funcionar el hígado como órgano desintoxicador de nuestro organismo.
Por lo que, de evolucionar a insuficiencia hepática, puede provocar una falla de múltiples órganos, incluido el riñón y el cerebro. Pero quiero ser claro en que debemos estudiar más casos a nivel mundial para encontrar la principal causa.
¿Cómo se puede prevenir la infección?
Manteniendo las medidas de cuidado que ya son habituales. Lo principal es un adecuado lavado de manos, sobre todo antes de comer y antes de tocarse la cara o manipular las mascarillas.
En los grupos mayores de tres años, que tienen disponible la vacuna de SARS- CoV-2, administrarla, y cumplir con el calendario de vacunación de los menores, incluidas las dosis para la hepatitis A y B.
¿Los adultos se pueden contagiar con este tipo de hepatitis?
Hasta el momento no se han reportado casos en adultos o un aumento de casos de hepatitis graves. Eso también apoya la hipótesis que la vacunación contra el Covid-19 sería clave en la protección. Por otra parte, la transmisión del adenovirus es más probable en la edad pediátrica.
¿La apertura de las fronteras en Chile aumenta la posibilidad de contagios de esta hepatitis en el país?
Es posible, y recientemente se detectó un caso en Argentina, por lo que debemos mantenernos alertas, y no subestimar un cuadro de hepatitis en un niño, menos en quienes no han sido vacunados.
Si se encontrara un caso en nuestro país, ¿qué medidas debiese tomar el Minsal?
Hay que vigilar y diagnosticar muy bien cualquier caso compatible con hepatitis en niños. Eso incluye kit de diagnóstico molecular. Se debe tener una coordinación público-privada para la derivación a centros especializados que tengan capacidad de realizar un trasplante hepático, con un estudio expedito de compatibilidad, pues en niños pequeños es posible la donación de parte del hígado de sus padres.
Chile ya demostró y fue reconocido internacionalmente, por ser capaces de un manejo adecuado de la pandemia, y este es un momento para demostrar que somos capaces de afrontar este desafío también.