Ignacio Silva

Jean Paul Olhaberry confiesa que la preparación que había hecho durante meses tenía como objetivo lograr estar cinco minutos bajo el agua, logrando así igualar el récord personal de apnea estática que ya había establecido.

Pero, dice, esa tarde en la Plaza Sotomayor de Valparaíso sintió una motivación que hasta a él lo sorprendió.

"El plan era alcanzar los cinco minutos, pero cuando lo estaba haciendo, había tanta gente alrededor y tanta energía que llegados los cinco minutos sentí que podía continuar por mucho más", relata ahora el ilusionista.

El impulso lo llevó a batir un récord: Olhaberry contuvo la respiración durante 7 minutos y 41 segundos, superando la marca de 7 minutos con 30 segundos que hasta ese entonces tenía el estadounidense David Blaine.

La hazaña, eso sí, no estuvo exenta de preocupaciones. "Simon, mi entrenador, me decía que pasados los cinco minutos uno pasa a un estado sublime en el que se siente muy bien, pero finalmente el cuerpo tiende a relajarse tanto que uno después no puede volver", recuerda Jean Paul. "En ese momento yo no sentí ese susto, pero afuera Simon me sacó directamente del estanque porque temía que estuviera en ese limbo".

Ese momento fue uno de los pasajes más extremos de la serie de hazañas que Olhaberry realizó en diversos lugares de Chile, incluyendo un escape de cadenas en Isla de Pascua y otro escape con camisa de fuerza en el Viaducto del Malleco.

Fueron esos actos los que llamaron la atención de sus colegas de todo el mundo y finalmente lo llevaron a ser coronado como el mejor geoescapista en los Merlin Awards 2022 de la década, conocidos internacionalmente como los Óscars de la Magia, en una ceremonia realizada en mayo en Las Vegas.

"Fue un reconocimiento muy importante a todo un trabajo que venimos haciendo como equipo hace muchos años. Para mí como artista de la magia fue como un sueño realmente, porque estuve frente a todos los magos que yo crecí viendo en la televisión, los grandes magos de Las Vegas, y estar ahí frente a ellos recibiendo este reconocimiento tan importante era como entrar en ese circuito que desde aquí, desde Chile", evalúa Olhaberry.

-¿Cuál dirías que fue la hazaña más desafiante de esa serie?

-Sin duda, el escape de la camisa de fuerza en el viaducto del Malleco. Fue un acto muy especial porque hay muchos factores ahí, no solamente es mi performance física o mental, sino también había toda una logística compleja. Es un puente que está muy alto, 100 metros de altura, donde solamente estaba sostenido por una cuerda y había un tren que constantemente pasaba sobre el puente. Entonces eran muchos factores que nos ponían en riesgo y nos exigía un trabajo de equipo que tenía que funcionar como reloj.

-En la ceremonia te definieron como el "Houdini moderno". ¿Qué te hace sentir eso?

-Es un desafío, es también un alimento para el espíritu y una energía. Porque bueno, Harry Houdini me inspiró de niño, es un mito, una leyenda, toda la historia de la magia llega a él. Yo también de alguna forma vencí todos mis miedos viendo sus actos y que hoy me postulen de esa forma me permite acercarme a esa historia, a ese mito que es Houdini. Imagínate que en el año 1010 él hizo la apnea más larga en ese momento, que eran 3:30 minutos. Yo hoy, casi 100 años después, hice 7:40 de apnea, que también fue como romper mis límites y darme cuenta que incluso puedo creer en lo imposible y hacerlo como él lo creía también, desafiar nuestras ideas y al destino. Todo es posible si creamos un camino para hacerlo. Ese es el desafío de hoy y esas palabras me inspiran a hacerlo.

Esferas

A mediados de los '90, Jacques Cousteau viajó a San Pedro de Atacama tras escuchar una particular historia.

Según el relato, en la laguna que está en el cráter del Volcán Licancabur se encontraba una esfera perteneciente a un popular mito oriental.

"Jacques Cousteau vino con Henri García y subieron a bucear. Entonces encuentran esta esfera mágica, pero al sacarla del agua la esfera le comienza a quemar las manos a Henri García y cae en el agua nuevamente. Después de eso no la vuelven a encontrar nunca más", relata Olhaberry.

Inspirado por la particular historia, el mago prepara un nuevo número de escapismo y apnea en el Volcán Licancabur que luego se transformará en un documental y que se suma a una serie de planes post Merlin Award, entre los que se encuentra una residencia a la usanza de Las Vegas en Gran Arena Monticello.

-Fuera de esos planes, ¿cuál es el principal desafío que ves para el futuro?

-Tengo muchas ganas de que la magia tome un lugar importante en nuestro país. Y no solamente en el mundo del espectáculo, sino también en las culturas y en las artes, que el Ministerio de las Culturas lo mire desde un lugar diferente. En lugares de Europa la magia está en los mejores teatros y se enseña como la danza o como la música, es un arte que está a la par. Es importante que eso se dé acá, porque la magia es un arte muy completo y aprenderlo en una etapa primaria ayuda a abrir la imaginación y complementa la creatividad, sin duda.

"Para mí fue como un sueño, porque estuve frente a todos los magos que yo crecí viendo en la televisión".

Jean Paul Olhaberry, mago chileno