Crean bolsa que sanitiza, estación TEA y micrófono de mascarilla
Como parte de un ramo, primer año de ingeniería en la PUC buscó desarrollar diferentes soluciones para la pandemia.
Camila Infanta S.
Sólo dos veces alcanzó a ir a la universidad Sebastián Cárcamo. A sus 18 años, hoy de 19, el estudiante de primer año de ingeniería en la Pontificie Universidad Católica de Chile tomó el curso Desafío de la Ingeniería y hoy es uno de los creadores del dispositivo que amplifica la voz dentro de una mascarilla.
"Está pensado para la gente que tiene que seguir saliendo a trabajar, para los funcionarios de la salud, para los Carabineros que hacen controles en la calle. Son gente que tiene que hablar todo el día y suelen subir mucho la voz e incluso a veces terminan sacándose la mascarilla para que los puedan entender", cuenta Cárcamo.
Explica que con la pandemia han realizado sólo clases por internet y que por ende, este proyecto se tuvo que hacer exclusivamente con materiales que fue encontrando en su casa, ya que no podía salir a comprar. Por eso su proyecto lo cataloga de sencillo: "La creatividad de esta solución radica en su sencillez y eficacia para prevenir contagios. Esto porque el sistema se adhiere a la mascarilla y se conecta a un pequeño equipo de amplificación, que va sujeto a la ropa", comentó el estudiante.
Así, el proyecto, creado por Cárcamo y otros seis compañeros de universidad, nació cuando una de ellas contó que había visto a dos personas hablando a muy alto volumen.
Así, con el micrófono de un sistema típico de altavoz para celulares lograron amplificar lo que la persona está diciendo. ¿Dónde se escucha? "Conectamos el micrófono a una especie de parlante pequeño unido por un cable básico. Nuestra idea es mejorarlo y hacerlo inalámbrico, de hecho si tuviéramos acceso a más herramientas podríamos hacerlo más chico, pero por el momento es lo que podíamos hacer", cuenta.
De hecho, explica, el micrófono se pega a cualquier tipo de mascarilla a través de un imán. ¿Qué imán? En su primera versión lo hicieron con dos sacados de los adornos del refrigerador.
Pese a que el proyecto no resultó ganador, con lo que recibían una nota máxima adicional en el ramo, sí estuvo dentro de los que recibió más alta puntuación e incluso tiene la opción de poder seguir perfeccionándolo.
"Dentro del ramo se participa en esta feria de creación con un tutor, que generalmente es un alumno de ingeniería más avanzado en la carrera, y si uno quisiera podría pedir a la universidad la opción de perfeccionar el proyecto y de lanzarlo para la utilización de las personas. De hecho, creo que es lo que vamos a hacer", adelanta Cárcamo.
Diferentes áreas
La feria tecnológica, que se realiza todos los años, tuvo un foco central en 2020, sobre cómo aportar al cuidado de las personas y evitar la propagación del nuevo coronavirus. Sobre ello, la profesora Catalina Cortázar, quien lidera de la organización del evento, valoró el aporte de los alumnos para enfrentar la pandemia y afirmó que esta vez los "proyectos presentados abarcaron la infancia, la tercera edad, la salud, el deporte, la educación online, el reciclaje y los espacios reducidos, entre otras áreas.
"Los prototipos desarrollados demuestran la capacidad y el compromiso de los estudiantes del país para apoyar a las personas durante este extenso período de confinamiento. Todos ellos, además, superando los desafíos de la educación a distancia", destacó la académica.
"Nuestra idea es mejorarlo y hacerlo inalámbrico, de hecho podríamos hacerlo más chico.
Sebastián Cárcamo,, estudiante PUC.